martes, 22 de mayo de 2018

GR11 Del Mediterráneo al Cantábrico. Etapa 4: de La Jonquera a Maçanet de Cabrenys



Lo bueno de esto de alargar las etapas y dormir en Hoteles y Hostales es que una descansa como una bendita y, a pesar del palizón de ayer y de algún dolorcillo articular tonto, se pone en marcha con la alegría que da saber que la etapa de hoy será más relajada y corta.

Nos cuesta lo nuestro encontrar de nuevo las marcas de la GR11 a las que nos incorporamos a través de un tétrico túnel que atraviesa la autovía.  Para encontrarlo, desde la calle mayor, hay que cruzar el puente que se encuentra más cerca a la frontera y acercarse a la autovía, con un poco de intuición se encuentra.

Al igual que ayer, la etapa comienza por pista dirección este (por supuesto) en suave ascenso hasta el alto cercano a Can Pere que queda a nuestra izquierda antes de empezar a descender para cruzar el Barranco Querols y dirigirnos en un agradable sube y baja hasta la Ermita de Santa Eugenia.  Ya llevamos nueve kilómetros recorridos.

Ambiente Extremeño rodeados de Alcornoques

Ermita de Santa Eugenia

Tras pasar por la Masía Carreres, nos desviamos para encontrar a nuestra derecha el edificio abandonado que albergó la Mina Canta, donde se refugiaron los republicanos que huían de la guerra.   La pista se estrecha y nos acerca muy cómodamente a la carretera GI-501 que, muy a nuestro pesar, nos toca recorrer en claro ascenso hasta La Vajol, población que atravesamos hasta situarnos en su zona más alta para hacer la correspondiente parada de avituallamiento de hoy.

Homenaje a los exiliados

La pista se estrecha al acercarse a la carretera

Siguiendo las marcas de GR dejamos atrás las últimas casas de La Vajol y nos incorporamos a una pista que pronto se convierte en senda en clarísimo descenso.  Sin mayor dificultad y tras admirar la envergadura de uno de los alcornoques históricos de la zona, arribamos a Maçanet de Cabrenys.

Acercándome al Suro de la Pubilla (el tremendo alcornoque de la derecha)

Entrada a Maçanet de Cabrenys
Agradable etapa (excepto por el largo tramo de carretera) sencilla y fácil de seguir.  El entorno de Maçanet de Cabrenys merece quedarse un par de días al menos.


AQUÍ el track

Fecha real: 05/04/2018

Desnivel: 817m

Distancia: 25km

Tiempo invertido: 8h

lunes, 14 de mayo de 2018

Punta Cochata (1.908m). Circular subiendo por el Camino de los Forzados y el Embalse de Escarra para bajar por el collado de Tarmañones con visita al Saldo.



Ese pico puntiagudo que se ve desde Escarrilla, que tiene pinta de furo y tantas curiosidades despierta cuando se remonta el Valle de Tena por su carretera principal… ese es el Punta Cochata.  Ya lo ascendí en tiempos más jóvenes y me lo propone JM como excusa para darnos una vuelta de fotosíntesis ahora que empieza a hacer bueno.  Nos acompañan Pol, Luisa y Begoña.

Aparcamos justo antes del túnel de Escarrilla, a la izquierda hay un espacio donde empieza una pista.  Cruzamos la carretera y nos adentramos por la pista que deja a nuestra izquierda el túnel.  Pronto nos encontramos con una señal que reza “Camino Escarra por Paso Crampas”, aquí nos incorporamos al “Camino de los Forzados” llamado así porque era el paso más corto para los presos sentenciados a trabajos forzados que construyeron el Embalse de Escarra.

No hay pérdida.  Ascendemos cómodamente por la senda colgada sobre el Río Escarra que queda a nuestra izquierda.  La pendiente aumenta al cruzar el Puente de las Crampas.  Cuando la pendiente empieza a suavizar, encontramos el desvío a nuestra derecha a la cima del Pacino que obviamos y continuamos, ahora ya descendiendo suavemente hasta la presa del Embalse de Escarra.

El camino de los forzados cuelga sobre el río a nuestra izquierda

Presa de Escarra

A la izquierda se distingue la pirámide de la Punta Cochata
Tras cruzar la presa nos encontramos una construcción en cuya pared nos apoyamos para hacer la primera parada de hoy.  Una vez avituallados nos arrancamos ladera arriba siguiendo trazas de senda indicadas por unas marcas de pintura fucsia.  Vamos ganando altura sorteando pequeñas barranqueras hasta situarnos en la empinada pero sencilla canal, que tras un par de apoyos de manos, nos deja en la cima de la Punta Cochata.

Abajo a la izquierda, la construcción a cuya izquierda parte el camino a la cima

Últimos metros a cima

Desde la cima el Pacino y la Foratata son los únicos sin nieve

Desandamos nuestros pasos y abandonamos la cima para situarnos en el collado de Tarmañones.  Tampoco hay pérdida, sólo seguir la senda que continúa señalizada por las marcas fucsias.  Bajamos siguiendo el curso del Barranco de la Tallada y cuando llevamos unos dos kilómetros bajando nos encontramos una pista por la que seguimos hasta encontrarnos el desvío hacia El Saldo a nuestra izquierda.  Apenas un kilómetro en suave descenso nos separa este paraje tan majo, no me extraña que sea tan visitado.

Tras las correspondientes fotografías volvemos atrás y paramos a comer en una pradera al sol, con media siesta y todo.  Continuamos camino y ya solo nos queda seguir las indicaciones y la senda que nos devuelve a Escarrilla.

El omnipresente Midi d'Ossau

Collado de Tarmañones

Bajando al Saldo



Excursión recomendable sobre todo en un día como el de hoy, con el verde primaveral resaltando la nieve todavía presente.  No es difícil alcanzar la cima, pero atención a los que tengan vértigo.


AQUÍ el track

Fecha real: 05/05/2018

Desnivel: 890m

Distancia: 12km

Tiempo invertido: 6h


jueves, 10 de mayo de 2018

GR11 Del Mediterráneo al Cantábrico. Etapa 3: de Espolla a La Jonquera



Nos levantamos descansados y contentos, nos han tratado estupendamente en este pequeño pueblo que parece estar en medio de ninguna parte pero que en realidad está al paso de todas partes, así que sus habitantes están aprovechando muy acertadamente el tirón para establecer unos cuantos establecimientos de Turismo Rural.


El propietario de nuestro alojamiento nos indica el comienzo del camino de hoy que parte justo detrás de la iglesia.  Aunque esta localidad no estaba incluida en el trazado de la GR11, sus habitantes han conseguido la aprobación para marcar tanto la entrada como la salida con las señales roji-blancas para poder acoger a los senderistas que no van a encontrar alojamiento en ningún otro lugar cercano.  Así que sólo tenemos que seguir las marcas y señales que nos llevan fácilmente a Els Vilars, donde nos reincorporamos a la senda original.

Dejamos atrás Els Vilars

Nos incorporamos a una pista que asciende “sin perdón” dejando a la izquierda los característicos Castells de Espolla que no son más que un par de colinas con forma pronunciadamente piramidal.  A partir del quinto kilómetro caminado, comenzamos uno de los dos ascensos importantes de hoy que nos aúpa a un colladito entre el Puy de la Roureda y el Puy del Mig.

Aquí abandonamos muy gustosamente la pista y nos incorporamos a una senda que realiza un flanqueo por nuestra derecha para acercanos a las inmediaciones del Col de la Dona Muerta y comenzar un agradabilísimo descenso por un impresionante bosque mixto en el que predomina el Alcornoque que hace nuestras delicias.  Tras cruzar sin dificultad un par de barrancos, para nuestra desgracia, nos volvemos a incorporar a una pista que nos lleva directamente al Col del Castel, donde paramos un rato a avituallar disfrutando las vistas del Castillo de Requesens que en verano (y sólo en verano) ofrece alojamiento y restaurante.

Primera vista al castillo de Requesens que parece chiquitín allí abajo.  Al fondo el Canigó



Continuamos recto por la misma pista de la que venimos y trazamos varias curvas para sortear varios barrancos.  Vamos rodeando el castillo que queda a nuestra izquierda y podemos disfrutar más de su majestuosidad.


Continuamos por la misma pista siempre siguiendo las inequívocas marcas, atravesando las faldas de la Serra de les Canals.  Iniciamos el segundo y último ascenso de hoy, hasta el Col de l’Auleda donde giramos a la izquierda y nos incorporamos muy contentos a una senda que recorre el lomo de la montaña desde el que echamos un último vistazo al mar que ya queda lejos e iniciamos el descenso atravesando bosques de matojo bajo por una senda poco limpia y muy inclinada. 

Divisamos La Jonquera que se encuentra siete kilómetros más abajo tras un acentuado descenso por un terreno más bien incómodo que atraviesa vestigios de algún indendio.  Llegamos a las inmediaciones de la Ermita de Santa Llúcia a la que ni nos acercamos de lo hartos que estamos, esta bajada resulta realmente agotadora.  Para colmo, aquí no nos queda más remedio que incorporarnos a otra pista que nos deposita por fin en la población a la que entramos por lo alto de su Casco Viejo y giramos a la derecha en la calle Mayor, aquí dejamos las marcas de GR11 y nos ponemos en marcha, bajo tremenda tormenta, en busca de nuestro hotel que se encuentra dos infernales kilómetros más allá hacia Francia.




Larguísima etapa nada carente de belleza, vale la pena el esfuerzo. Ninguna dificultad reseñable excepto la tremenda distancia cubierta sólo soportable por cuerpos acostumbrados a “zufrí” (que parece que es lo que más vamos a hacer estos días).


AQUÍ el track

Fecha real: 04/04/2018

Desnivel: 1.000m

Distancia: 28km

Tiempo invertido: 8h40m


domingo, 6 de mayo de 2018

GR11 Del Mediterráneo al Cantábrico. Etapa 2: de Llançá a Espolla



Dejando a nuestra espalda la oficina de Turismo de Llançá, cruzamos la carretera N260 y nos adentramos en una pista forestal que en suave pendiente cerca de varias fincas particulares infestadas de perros de caza que no paran de ladrar, nos aúpa al Coll de les Portes a través del cual nos internamos en el Espacio de Interés Natural de L’Albera.  Descendemos ahora atravesando un tupido bosque mediterráneo, siempre por pista, hasta las inmediaciones de la ermita de San Silvestre que se queda más abajo a nuestra derecha mientras dibujamos una cerrada curva a la derecha.  Obviamos la bajada a la ermita, que nos queda mucho por recorrer.

dejamos atrás la costa y las grandes poblaciones



Un pequeño ascenso y llegamos a Vilamaniscle, población que atravesamos siguiendo las señales que nos depositan en una pista asfaltada por la que continuamos observando las pequeñas viñas que nos rodean.  Para nuestra desgracia, nos esperan seis kilómetros de insufrible asfalto hasta llegar al espectacular Monasterio de San Quirce de Colera donde aprovechamos para hacer un descanso y picar algo.  Hay un bar, pero está cerrado y nos divertimos observando algún coche que se da la vuelta con caras de decepción en su interior.





Desde aquí, continuamos por la pista de tierra y nos desviamos a nuestra derecha por una senda que se nos hace corta pues sólo se trata de un atajo que nos deposita nuevamente en la pista, al menos no asfaltada.  Afrontamos el ascenso más duro de hoy hasta el Coll de la Plaja desde el que iniciamos el descenso hasta las Masía Pils donde nos incorporamos, muy a nuestro pesar,  a otra pista asfaltada. 

Tras algo más de cinco kilómetros de asfalto infinito, llegamos al desvío donde abandonamos la GR11 para poner rumbo a Espolla, el único sitio cercano donde hemos encontrado alojamiento guardado en una Casa Rural.  Una pista llena de indicaciones inequívocas nos lleva hasta la pista (otra vez) asfaltada de entrada a la población en cuyo centro nos espera la ducha, la cerveza en el casino, la cena casera y la cama… buen fin para una jornada extenuante en lo físico y en lo anímico, que tanto asfalto amarga a cualquiera.




Podría decir que la de hoy, a pesar de variada, es la etapa más aburrida.  Muchos kilómetros de asfalto que agotan al mejor calzado.


AQUÍ el track

Fecha real: 03/04/2018

Desnivel: 730m

Distancia: 27km

Tiempo invertido: 8h


miércoles, 2 de mayo de 2018

GR11 del Mediterráneo al Cantábrico a mi manera

La primera señal de la GR11 de nuestro periplo, en el Cabo de Creus


Fue Bonito del Norte quien un día, no sé cuándo, me comentó su curiosidad ante la Senda Transpirenáica GR11.  Supongo que de tanto ver las marcas roji-blancas que tan habitualmente encontramos al pisar el Pirineo.  Total, que una que es muy débil, especialmente en lo que a retos montañeros se refiere, enseguida aceptó el reto.

Nuestro planteamiento es comenzar en el Mediterráneo y terminar en el Cantábrico pues para Bonito es llegar “a casa”.  Con esta intención, invertiremos algunos días (los que se puedan) de las vacaciones de cada año hasta completar el total de los 400km. de la senda que atraviesa el Pirineo por el sur de la frontera con Francia.  De un mar a otro.

Como la cosa va a ser larga, llamaremos “período” a cada cantidad de día invertidos, por cada “período” crearé una entrada de introducción donde os daré algunos datos prácticos sobre cómo nos vamos organizando (transporte hasta el origen y desde el final, alojamiento, etc…).  Por otra parte, en cada entrada de cada período encontraréis los links a las descripciones de cada etapa…. Allá vamos…




GR11. Primer Período



Nuestras primeras cinco etapas transcurren entre el Cap de Creus y la localidad de Albanyá.  Realizaremos etapas largas con la idea de llegar a dormir a localidades más o menos grandes donde encontrar alojamiento “cubierto” evitando así el peso de los aperos de acampar y de la comida.

TRANSPORTE:

Nosotros fuimos hasta Figueras en nuestro coche y lo dejamos aparcado en un parking cercano a la estación de autobuses donde cogimos un autobús que nos llevó a Cadaqués.  El último día, otro autobús nos llevó desde Albayá de regreso a Figueras.  Para moverse por esta zona, la compañía SARFA tiene una muy buena red de rutas en autobús.

Para ir de Cadaqués al Cap de Creus, contratamos un cochecito eléctrico con conductor de la empresa “Eco-car Cadaqués”.  Lo único malo es que no son nada madrugadores y solo te llevan a partir de las nueve de la mañana.  Si queréis ver amanecer en el Cabo (que deber ser chulísimo) tendréis que ir andando (5km. desde Cadaqués) o convencer y pagar a algún taxista (nosotros no lo conseguimos). 

ALOJAMIENTO:

Esta es la parte más complicada, siendo casi aún invierno y no queriendo portar el peso de equipamiento de acampada, había que buscar alojamiento "guardado".

Tuvimos que adaptar las etapas al alojamiento, así tal cual, adecuando las etapas para terminar siempre en localidades que tuvieran alojamiento disponible.  Utilizamos las webs "booking" o "top rural" para reservar con antelación. 


AGUA Y ALIMENTACIÓN:

Esta zona dispone de poca agua en el camino, así que íbamos reponiendo en cada punto de partida.  Tampoco hacía calor, así que el agua no fue un problema.

Desayunamos siempre en los hostales donde dormimos.  Cenamos también en los hostales o en restaurantes cercanos.  Durante las caminatas llevábamos comida "de ataque" (frutos secos, chocolate, barritas...) en las mochilas para reponer fuerzas durante cada jornada.

DESCRIPCIONES:






GR11 del Mediterráneo al Cantábrico. Etapa 1: Cap de Creus-Llançá


Tras pasar la noche en Cadaqués, nos recoge nuestro “Eco-taxi” en la puerta del hostal para llevarnos hasta el Faro del Cap de Creus en una mañana fresca y desapacible con un viento que incluso me hace perder el equilibrio un poquito.

Desde el faro, buscamos y seguimos las señales de la GR11 que nos llevan hasta el Cap de Creus, donde ponemos en marcha el GPS para iniciar el recorrido de esta mítica senda Transpirenaica. Casi estamos nerviosos y todo, nos espera un más que largo camino hasta el Cabo de Higuer, pero de momento nos centramos en la etapa de hoy, que tiene lo suyo.


Cap de Creus y primera (o última) marca de la GR11

Estamos lo más al Este que podríamos estar, así que si no queremos darnos un chapuzón, lo suyo va a ser comenzar a caminar dirección Oeste siguiendo las señales de la GR. Al llegar al faro nos encontramos con la carretera y, de repente, perdemos las señales blanqui-rojas. Pues nada, por lo que he leído hay que ir un rato por la carretera cosa que hacemos para pronto, tras una curva muy cerrada, reencontrar a nuestra izquierda las señales de la GR11 que aquí se solapan con las de la GR92. Ya solo nos queda seguir las marcas cruzando algún pequeño barranco seco y atravesando un terreno rocoso típico costero mediterráneo, con sus matas bajas, su arena y sus rocas.


Durante los cuatro primeros kilómetros, tenemos la carretera siempre a nuestra derecha. La cruzamos y continuamos adentrándonos más al interior aunque el mar siempre queda presente a nuestra derecha. Pronto nos incorporamos a una pista, siguiendo las marcas roji-blancas y las señales de GR11. Luego la abandonamos, más o menos en el octavo kilómetro, para continuar por la senda que nos lleva a descender a la Riera de Tavellera para luego recuperar lo perdido en fuerte pendiente. Nos encontramos con otra pista por la que continuamos a nuestra izquierda hasta llegar al Coll de Mao donde nos encontramos una pequeña Masía.



Continuamos por la pista y alcanzamos un alto donde un peculiar cartel nos indica el desvío a nuestra derecha, para abandonar la pista y por senda bajar el Barranco Talabre. Volvemos a ascender y observamos a nuestra espalda una construcción que es la Masía de Empaltre. Otra bajada y otro barranco seco nos deposita en las inmediaciones de la Ermita de San Baldiri.



Masía de Empaltre

San Baldiri

Una fuerte pendiente nos deposita en una pista que seguimos a la derecha en franco descenso para ir entrando en las primeras casas de Port de La Selva, hasta donde llegaremos tras rodear un cabo. En el puerto aprovechamos para sentarnos en un restaurante a comer (que raro se hace comer en un restaurante de playa mientras se está de senderismo).

Bajando a Port de la Selva

Vistas desde el Cabo de la Cruz, detrás, más allá, está Llançá

Último vistazo al Port de la Selva

Desde el mismísimo Puerto, decidimos abandonar la GR11 y adentrarnos en la GR92 perfectamente indicada e imposible de perder pues se trata del Sendero de Gran recorrido que recorre (valga la redundancia) la costa mediterránea peninsular española, de Cádiz a Gerona. Elegimos esta opción para ahorrarnos desnivel y porque nos hace ilusión caminar al borde del mar, pero la verdad casi hubiera sido preferible continuar por la GR11 aún con su desnivel pues estos últimos diez kilómetros se nos atragantan ya que prácticamente todo el tramo está acondicionado con diferentes materiales, lo que le aporta una dureza insufrible para unos pies que llevan ya una buena kilometrada. Pero bueno, siguiendo siempre el borde costero, sin pérdida, llegamos a Llançá donde nos toca dormir hoy.

El Cap de Vol

Digamos que esta primera etapa ha sido muy bonita en su primera mitad y algo decepcionante en la segunda. Fácil aunque duro recorrido por su longitud.


AQUÍ el track

Fecha real: 02/04/2018
Desnivel: 530m
Distancia: 26km
Tiempo invertido: tranquilos y con paradas, 8h.