jueves, 5 de diciembre de 2013

De paseo por Vadiello

Circular Vadiello-San Cosme y San Damián-Huevo de San Cosme-Vadiello

Haciendo planes para el finde, me proponen hacer algún paseo el sábado para probar la rodilla recién operada de Jabalina.  Hay que buscar algo corto y con poco desnivel.  Primero pienso en la ruta de las gargantas de Escuaín pero es mucho coche para poco “pastel”, así que se monta un concurso mediante WatsApp del que resulta ganador JM con su idea del Huevo de San Cosme.

Sin madrugar mucho, nos ponemos en marcha:  Jabalina, Noviodejabalina y servidora hacia el embalse de Vadiello para aparcar en el parking de la confederación hidrográfica, cerca del túnel de acceso a la presa que cruzamos para girar a nuestra izquierda siguiendo la pista y contemplando el entorno con sus mallos, con su Borón y con sus aguas cristalinas.


Al poco encontramos un desvío señalizado hacia la Ermita de San Cosme y San Damián, lo cogemos desviándonos a la izquierda para pasar por la Cruz Cubierta y enseguida continuar por una encantadora senda que desciende cómodamente hasta topar nuevamente con la pista que debemos seguir hacia nuestra derecha pues de lo contrario, nos daríamos de bruces con las rejas que los propietarios han colocado para vetar al pueblo llano el disfrute de la Ermita.  


Ahora seguimos la pista pasando por varias pequeñas Ermitas incluida la de la Fuen Santa donde entramos a echar un vistazo a la fuente de la que se dice mana agua milagrosa.  Por si acaso, no probamos, vaya a ser que se nos indigeste.





Tras unos cuantos metros de aburrida pista, encontramos el desvío hacia el Huevo de San Cosme que no es otra cosa que un mallo con la forma del citado fruto de la gallina al que accedemos por una senda que primero asciende por una solana típica guarense para adentrarse después en un sombrío encinar del que ya no saldremos hasta dar con un cartel que nos indica estar a los pies de nuestro objetivo.  Parada, trago de agua, unos cacahuetes y media vuelta.



Desandamos la senda y volvemos a la pista para continuar en subida un rato y desviarnos a la derecha retomando dirección al embalse por la misma pista y volver al coche mientras disfrutamos las vistas de los Mallos de Vadiello y el Borón en esplendor.




De vuelta en Huesca, la cañita triunfal cae esta vez en la Bodega Pirineos donde aderezamos el brebaje con unos vinagrillos.

Excursión entretenida para hacer en cualquier momento (evitando los calores de agosto, por supuesto) y con cualquier persona.  Sin dificultad.



Fecha real: 30/11/2013
Cartografía: Editorial Pirineos nº7, Parque de la Sierra y los Cañones de Guara
Desnivel: unos 500m.
Distancia: unos 10kms.
Tiempo invertido: tres horetas o así

viernes, 8 de noviembre de 2013

Dec de Lhurs (2.176m.)

Esto del “blogueo” es lo que tiene, que conoces gente maja y no ves el día de quedar todos para compartir actividad, cosa que hicimos este domingo.  Día grande, conseguimos juntarnos Servidora de Ustedes de este nuestro blog “Montañera a tus Montañas”, J.M.N. de “Pirineos, Montañas y Hombres”, Silvia de “Los del Termo”, David de “Rutas por el Pirineo” y Pol de “L’aragonés en a Escuela”.  Nos acompañan Bonito del Norte, J.C., Luisa, Helena y el Yeti, todos de sus padres y sus madres respectivamente.

La cita es en el bar L’artica de Jaca donde acudimos todos puntuales y sin madrugar oyes, ¡que gozada!.  El día tiene buena pinta a este lado del Piri.  Nos repartimos en dos furgos y ¡ala! A cruzar la frontera.  Ya por Canfranc el aspecto de la meteo cambia pero es salir del túnel y Francia se nos presenta escondida en una nebulosa blanca y húmeda que a servidora le hace dudar del éxito de la gesta de hoy.  Pero como nadie dice nada, pos oye, chitón.

Tomamos el desvío de Lescún y sin llegar al pueblo, siguiendo las señales, terminamos aparcando en la Borda Masousa.  Llueve un “calabobos” de esos tipo San Sebastián que a mí me pone tan mala leche, pero nadie se revela a pesar de que yo lo intento.  No hay cuorum.  Todo el mundo se calza el Goretex y ale para arriba ¡ridiez, con lo poco que me gusta mojarme nada más empezar!.

Total que echamos a andar siguiendo la pista y menos mal que es una pista porque la visibilidad es nula, aunque he de admitir que el bosque tiene su aquel los días como hoy.  La cosa es fácil, sólo hay que seguir la pista y estar atentos a algún cruce que nos haga el camino más corto (aunque más empinado) para ir ganando altura.  Cerca de la Borda Anglatte, la pista se convierte en una senda más bien ancha que se estrecha al llegar al cruce del barranco de desagüe del Lac de Lhurs y también se empina en un pequeño resalte en el que hay que prestar un pelín de atención, sobre todo porque el suelo está, lógicamente, tan mojado como nosotros.



Desde aquí ya queda poco para llegar al Lago y Refugio de Lhurs.  ¡Que bien! Pienso, comemos en el refugio y bajamos que total con la que está cayendo no vale la pena subir al pico.  Llaneamos un rato y llegamos al Lago que rodeamos para acercarnos al refugio que está como deberían estar todos los refugios: limpio y acondicionado.  Nos acomodamos y empiezan a correr los vinos, longanizas y galletas de chocolate gracias a lo cual me pongo a comer como una tocineta y a beber vino como uno que bebe mucho vino hasta que percibo movimiento a mi alrededor.  ¡Ala! Estos chalados han decidido subir… ¡y Bonito se apunta! Y yo, como soy una picada, pues me apunto también.  Como Helena se queda a cuidar el fuego, dejamos algunas mochilas a su cargo.


Por lo menos ya no llueve y a ratos se abre un poco la niebla.  Desde el refugio no hay una senda clara y definida así que tiramos ladera arriba como nos viene en gana buscando un collado herboso a la derecha del pico y aquí la cosa se empieza a despejar más y más.  Menos mal, porque estas rampas recién comidos y al ritmo que hemos cogido son para cargarse al mas pintado (menos a David, que ya nos lleva buena ventaja ¡que fuerte está el jodío!).




En el collado se aprecia traza de senda y la seguimos ya dirección al lomo cimero que es un caos calizo por donde nos vamos aupando echando el resto trepada aquí, trepada allá hasta la cima. 




Tenemos suerte, hay muchas nubes pero las cumbres están despejadas lo que le confiere un ambiente bello y misterioso al ya de por sí bonito paraje en el que nos encontramos, así pues, desenfundamos cámaras y móviles en un festival fotográfico que ríase usted de los safaris esos que organizan en África para fotografiar bichos.  Ayudados por un simpático jóven francés, sacamos foto de grupo y todo… ¡esto es una bacanal fotográfica!.

Saciados de nuestra voraz hambre de imágenes.  Emprendemos la bajada por el mismo camino, recogemos a Helena y hasta los coches disfrutando, ahora sí, del paisaje que ha despejado algo y se deja inmortalizar.





Ascensión preciosa y sencilla excepto por los pasos de trepada finales.

¡GRACIAS DAVID!

Fecha real: 03/11/2013
Cartografia: Rando Éditions nº3.  Béarn y los tracks de J.C., J.M. y David
Desnivel: 1.216m. más o menos
Distancia: 15km. más o menos
Tiempo invertido: seis horetas a paso más o menos ligero y parando a comer

martes, 5 de noviembre de 2013

Escuain-Puente de Gurrudué por la Senda Colgada (circular)

Empieza el primer puente de la temporada, dan mal tiempo pero nos apetece andar y la verdad es que en Huesca hace bueno así que en despertarnos (eso sí, sin despertador) cogemos la carretera de Barbastro, pasamos por Aínsa y al rato, al salir de Escalona, cogemos el desvío de Añisclo.  Pero no es semejante cañón nuestro objetivo de hoy.

Para hoy vamos a dejar las hordas de turistas que disfruten de las atracciones principales del Parque Nacional mientras nosotros nos metemos en nuestra particular “boca del lobo”, en busca de una de esas sendas por donde pocas veces se transita y que siempre se deja para otro rato porque es corta y tampoco lleva a ninguna parte de no ser que se combine con alguna otra de las grandes travesías que ofrecen los Cañones de Escuaín.


Aparcamos a la entrada de Escuaín y empezamos a andar buscando la iglesia tras la cual comienza la senda que, indicada por carteles, baja hacia La Garganta.  Al poco de cruzar el Barranco Lugar, seguimos por la derecha hacia Las Fuentes, señalizada por un cartel que indica lo mismo la dirección como la peligrosidad del camino, ¡ale pues! Este es el nuestro seguro.  Pronto nos encontramos el paso más difícil de toda la jornada: una pequeña travesía por una laja caliza asegurada con una cadena pasamanos, no tiene mucha dificultad pero sí un patio considerable que pone el cuerpo tenso.


Al poco nos encontramos un destrepe sencillo, pero lo mismo, a nuestra derecha se abre buen patio, así que con cuidado y esmero bajamos a “tierra firme” para continuar por el camino, pero para poco rato pues enseguida llega un cruce “crucial” (y valga la redundancia).  Un cartel nos indica “Revilla” y “Puente de los Mallos”, este puente es el mismo que yo prefiero seguir llamando “de Gurrundué”, pero no es este el camino que queremos seguir, queremos meternos en “el marrón” de la senda colgada para lo cual aquí hay que torcer a nuestra izquierda pero como no estamos seguros de dónde, seguimos un poco para abajo hasta que nos aseguramos que aquél que hemos obviado es el lugar adecuado así que media vuelta y arriba otra vez.  No hay ninguna señalización y la senda parte de un pequeño claro de monte bajo que la hace apenas perceptible, pero sí, pronto nos adentramos en el bosque siguiendo esta coqueta y estrecha senda.



El itinerario tiene el sabor de las típicas Fajas de Ordesa aunque el patio no es muy perceptible.  Pero lo hay y se hace visible en alguno de los pocos claros que atraviesa y especialmente en un pequeño caos de roca que hay que atravesar, lugar en que uno adivina más que seguir la senda.  Ahora sólo queda caminar en un ambiente de naturaleza abrupta rota únicamente por el crujido de las hojas secas al pasar, estamos solos y agradecemos esta sensación.



Seguimos la senda durante un buen rato, subiendo y bajando, pero sin grandes desniveles hasta que nos cruzamos con otra senda que baja a Las Gargantas, la obviamos y seguimos rectos en descenso hasta dar con el Barranco Carcil en un bello paraje que una sola foto no puede resumir ni tampoco hacer honor.




Aquí cambiamos el sentido de la marcha en un brusco giro a la izquierda que casi nos saltamos, pero no hay pérdida, nos queda claro que no hay otro itinerario posible.  Discurrimos dejando el barranco a nuestra izquierda y tras una pequeña pendiente, descendemos hasta encontrarnos con una bifurcación señalizada.  Esta nos bajaría al fondo de la garganta y podríamos enlazar con la otra orilla para ir a Revilla y cerrar una circular hasta Escuaín, pero tampoco es este nuestro objetivo de hoy (además de que no nos da tiempo) así que nosotros seguimos por la izquierda, hacia el puente al que llegamos al poco para contemplar la garganta, estrecha, oscura y profunda… ¡ala me voy que me mareo!.


Volvemos atrás para hacer parada y fonda en un claro muy próximo al puente desde el que contemplamos la dirección a seguir.  Toca ascender casi paralelos al camino de venida del que nos iremos alejando hasta dar con el bello paraje de La Valle donde se nos abren las vistas y enlazamos con la pista que nos ha de llevar de regreso a Escuaín contemplando la norte del Castillo Mayor … ¡provocadora!.




Corta pero difícil excursión.  No recomendable para principiantes por cuestión de orientación y vértigo.  A nosotros nos ayudó mucho la descripción de la web ordesa.net (aquí).  ¡Por fin mi primer track entero! Aquí

Fecha real: 01/11/2013
Cartografía: Editorial Pirineo nº4. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Desnivel: 457m.
Distancia: 12kms.
Tiempo invertido: casi cinco horas tranquiletes y parando

miércoles, 30 de octubre de 2013

Circular por las faldas de Jaizkibel (Pasaia Donibane-Mitxintxola –Pasaia Donibane)

En principio la idea era subirnos al Adarra para lo cual habíamos madrugado un poquito porque hay que volver a comer a San Sebastián, pero la cosa nos salió rana pues llovía nada más bajar del coche.  Aún así lo intentamos pero lo de ir calados en empezar a andar pues como que no ¿no?.

Se cumple la Ley de Murphy y en cuanto llevamos cinco minutos en carretera de vuelta, para de llover.  Bonito del Norte hace gala de su conocimiento del medio y me transporta hasta la localidad de Pasajes de San Pedro para subirnos a una barquita que nos lleva en un suspiro a Pasajes de San Juan desde donde parten unas cuantas rutas, de las cuales la reina sería el Jaizkibel  pero no hay tiempo, así que elegimos una variante corta por aquello de darnos un garbeo y ganarnos los pinchos y el sin fin de manjares que nos esperan estos días.



La cosa es fácil.  Bajamos de la barca y empezamos a seguir (en contra-dirección, claro) las flechas amarillas del Camino de Santiago que también discurre por aquí en su variante Norte.  Conforme nos alejamos de las casas de pescadores y divisamos la entrada de la bahía, empezamos a remontar el suave acantilado hasta llegar a una pequeña calita que me cuenta Bonito servía de lugar de despiece de Ballenas cuando las había a montones por aquí.



Aquí hay un camino que seguiría por el raso de la costa pero una señal nos prohíbe pasar.  Hay que girar a la derecha, dirección Jaizkibel tal como indica el cartel disponible en el lugar y del cual seguiremos la variante naranja.



Empezamos la rampa empinadísima y asfaltadísima que nos acerca a una atalaya donde nos encontramos un pequeño rebaño de cabras que… oyes ¿qué hacen? … ¡mirate que están riñendo!.  Que a falta de la berrea de los ciervos, nos hemos encontrado con la de las cabras donostiarras, si es queeee…


Esperamos un poco a que se les pase el cabreo (nunca mejor dicho) contemplando las traineras pasar allá abajo,  para continuar ahora ya sí por senda que nos conduce por el lateral de una cresta rocosa de curiosas y guapas formaciones areniscas.



Cada vez estamos más altos (dentro de lo que cabe en estas latitudes) y ya contemplamos el Jaizkibel a lo lejos.  El día está plomizo, hace más bien calor y con la humedad vamos los dos chupidos como si nos hubiéramos subido al Adarra esta mañana.  Pero pronto llegamos a un colladete que nos indica el fin de la subida, sólo nos queda acercarnos a la loma del Mitxintxola y volver al collado para girar a nuestra izquierda según la dirección de la marcha que llevamos y siguiendo unas marcas blancas que nos acompañan todo el recorrido.



Atravesamos un Robledal para encontrarnos rápidamente con una carretera que da a una serie de caseríos.  Sólo hay que seguir las marcas que nos bajan “a cuchillo” a ratos por carretera y a ratos por camino asfaltado otra vez a Pasajes de San Juan donde cae su zurito-pincho bien merecido.






Fecha real: 26/10/2013
Cartografía: los carteles del camino
Desnivel: 332 metricos de ná
Distancia: unos 6 kilómetros de ná
Tiempo invertido: horeta y media a paso ligero y sin parar casi

martes, 15 de octubre de 2013

Punta Suelza (2.974m.), circular desde el Collado de Cruz de Guardia


Cuando subí por primera vez al Punta Suelza era una adolescente que estaba empezando en esto de la montaña y lo cierto es que no tengo un recuerdo especial de aquella ascensión así que tengo ganas de volver y disfrutar de esta bella pero poco frecuentada cumbre.

El año pasado J.M.N. en su blog “Pirineos, Motañas y Hombres” contaba su ascensión desde el Collado de Cruz de Guardia cerrando la ruta en sentido circular bajando por los Ibones de Barleto.  Bien, me gustó muchísimo la idea e incluso prometí que subiría ese mismo verano pero no pudo ser, así que por fin llegó el momento.

He quedado con Tato y Novia que se raja a última hora (además de todos los COBARDES que hicieron lo propio ayer ¡vaya banda!).  Al punto de la mañana estamos saliendo de Huesca dirección Aínsa en busca del Valle de Gistaín en cuya carretera principal buscamos el desvío a mano derecha hacia Sin y Serveto.  Justo antes de llegar a éste último, nos desviamos a la izquierda por una pista identificable porque en su entrada (a la derecha de la carretera) hay un cartel de infomación y un panel explicativo de “La comuna”.

La pista se encuentra en perfectas condiciones para el paso de vehículos normales, excepto casos de nieve o tormentas recientes.  Conduciendo con cuidado y disfrutando del paisaje, llegamos hasta un refugio (Cabaña Bargasera) frente al cual aparcamos justo antes de un cartel de prohibición de circulación a vehículos no autorizados.  Pues nada, a calzarse las botas y a almorzar que nos ha costado tres horas llegar hasta aquí y los estómagos nos están echando la bronca hace rato.  Mientras almorzamos, activo el GPS (el yipiés pa que se me entienda) que por suerte funciona y digo “por suerte” porque no tenemos mapa de la zona y ya podemos rezar por tener Internet pues nuestro guía hoy va a ser el track en wikiloc de J.M.

Empezamos a andar por la pista hasta que termina en una vaguada con un refugio (Cabaña de Pardinas) muy cerca del barranco de Pardinas, aquí buscamos trazas de senda dirigiéndonos a nuestra izquierda y cruzando el barranco para ascender una pequeña pedrera.  Ahora seguimos una senda desdibujada que primero asciende recto.  Hay que estar atentos a los hitos que nos dirigen a nuestra derecha por una ladera herbosa que ya no abandonaremos.


Esto está empinado como si no hubiera un mañana y mis pulmoncitos todavía no notan las bondades del abandono del tabaco, además tengo un día tonto de esos, así que me cuesta lo mío ir superando la cuesta que ciertamente no es moco de pavo.  Menos mal que la cima se deja ver pronto y el paisaje tanto a un lado como a otro es sobrecogedor: a mi izquierda Monte Perdido con el Vignemale a lo lejos y a mi derecha el Posets con el Perdiguero también a lo lejos.




Poco a poco y siguiendo los hitos (que los hay, sólo hay que buscarlos) remontamos lo poco “verde” que nos queda y nos plantamos a los pies de la pirámide cimera.  Aquí la cosa se complica un pelín pero hay hitos que nos guían por los mejores pasos que superamos apoyando las manos pero sin mayor complicación.  En seguida divisamos el vértice geodésico de la cima que ganamos por pedrera muy estable.


¡Ale! Ya hemos triunfado.  Ahora a comer que nos lo hemos ganado, no sin antes abrigarnos con todo lo disponible pues hace un frío que pela con una suave brisa del norte aderezada por alguna nube de evolución y nubes altas que vaya si se podrían haber esperado un rato a aparecer.  Da igual, encontramos un trasaire estupendo con vistas de primera división al Posets en primera plana y todos los gigantes de Viadós y Estós a nuestra izquierda.  ¡Mira que es bonito este pico y en que baja estima le tenía! Con este pensamiento degusto el bocata de jamón y la chocolatina de postre.




Mientras empezamos a recoger noto un movimiento justo delante nuestro de un ave que emprende vuelo, enseguida me percato de que no es un buitre, en ese momento pienso que es un Quebrantahuesos pero mirando la foto en casa se dudo y finalmente me pienso que es un Águila.  Pues no! es un Quebrantahuesos hermoso como él solo... ¡GRACIAS J.M.!.


Entre las vistas, el bocata y el "Quebrantón" acabamos de pasar un rato bien majo y con ese sabor empezamos a bajar más contentos que unos críos.  Primero seguimos un poco la cresta,  en contradirección de la subida, a ver si podemos echarle un ojo al Ibón del Cao pero no se deja ver el puñetero.  La abandonamos y comenzamos a descender rápidamente por la pedrera buenísima de esas que dejan fluir como agua de mayo por barranco y ¡ojo tú a ver si nos la vamos a pegar!.  Paramos un momento a consultar el track con tan mala suerte de que se acabó lo bueno y aquí no hay cobertura así que estamos solos con nuestras mentes inquietas para resolver la bajada.



Continuamos por la pedrera haciendo zig-zags y buscando los pasos más cómodos y menos comprometidos hasta llegar a un llano herboso donde nos desviamos en busca otra vez del Ibón del Cao que ahora sí se deja ver aunque sólo a medias pero muy fotogénico él a las faldas del sin par Punta Fulsa.



Una vez conseguida la foto del Cao, nos vamos campo a través en busca de los Barletos.  Enseguida divisamos el Ibón pequeño y hacia él que nos vamos no sin antes darnos cuenta de que tenemos un buen paredón a nuestros pies.  Vamos buscando los mejores pasos hasta que no nos queda otra que destrepar.  Nada, un destrepe cortito y sin patio para enseguida llanear y plantarnos por fin en el deseado Ibón donde paramos a descansar un pelín que llevamos tute.  A mí me suena que había que bordear el Ibón grande y a Tato también, pero no lo vemos claro así que elegimos ascender en busca de la primera ladera que hemos subido para conectar con el camino de subida y ya sin más contratiempo que el cansancio propio de esto de hacer el tonto “pol monte” llegamos al coche y de allí directos a Güeskonsin que nos queda buen chorizo.  La cerveza del triunfo para otro rato, nos conformamos con un nestea en la gasolinera de… no me acuerdo, estaba dormida.


Muy bonita ascensión y sobre todo el descenso por aquí, para mi gusto muchísimo mejor que la normal desde Urdiceto.  Hay que tener en cuenta que se trata de un itinerario muy poco transitado, así que no contar con encontrar senda clara ni facilidad alguna, hay que buscarse la vida y echarle imaginación.

Bueno sí, nos hemos desviado un poco pero llegar llegamos

Fecha real: 13/10/2013
Cartografía: El track de J.M.N. para subir y nuestras neuronas para bajar
Desnivel: unos novecientos acumulados
Ditancia: unos trece kilómetros
Tiempo invertido: siete horetas de ná