miércoles, 24 de abril de 2013

Jóvenes Castoras en el Tozal de Cubilars (1.945m.)

Andaba yo cabizbaja y alicaída pensando a quién convencer para hacer una excursión el sábado aún sabiendo que no es día en que mis posibles acompañantes/antas se presten mucho cuando ¡zas! un “guasa” me avisa de que una aguerrida Joven Castora tiene ganas de “guerra” y me propone el Tozal de Cubilars para el mismo sábado… ¡HURRA!.

Así que ese preciso día a la hora precisa, salimos ambas desde el pequeño parking que hay al poco de empezar la pista que sale de Santa Cilia de Panzano.  El primer tramo consiste en seguir el coñazo de pista durante más o menos una hora (dependiendo del paso de cada cual) y en esas estábamos cuando tras superar un repecho de esos que te hacen dudar si siquiera un 4X4 sube por ahí, empezamos a vislumbrar unos cuantos buitres sobre nuestras cabezotas que en poco rato se convierten en cientos y que nos deleitan con su control del viento y un extraño pero suave sonido de alas cortando el propio (viento, digo).


La pista por fin se convierte en senda y mientras contemplamos las buenas vistas que ya tenemos sobre los mallos de Ligüerri y alrededores, otro sonido ya no tan suave nos hace volver la vista hacia nuestra trasera para darnos cuenta de que los buitres comienzan maniobras de aterrizaje hacia una zona rocosa donde se encuentra un grupo de personas humanas contemplando (o haciendo vete tú a saber lo qué) los carroñeros.


Desde aquí continuamos por la marcadísima senda que lo mismo nos lleva a nuestro destino soñado como al Tozal de Guara y se me hace extraño que se trate de la ruta más común para auparse a éste último pues se le contempla considerablemente lejos por muy cómodo que resulte el camino.  En fin, que cabilando y marujeando llegamos a una especie de balsas pequeñas pero muy monas (oyes, ains) he leído de todo sobre ellas, que son manantiales, que son bebederos para los buitres… a mí me dio la sensación de que se alimentan de una fuente que a nuestra derecha se ubica en un pequeño claro donde paramos a almorzar cómodamente disfrutando de las vistas de la Hoya Oscense que este año esta verde casi casi como la campiña inglesa.



A todo esto, casi se me olvida nombrar a una perreta encantadora que nos ha acompañado hasta aquí más maja y más bonica que ningún bicho de los que he conocido hasta ahora.  En ese momento hasta dudaba si iba a tener yo suficiente valor para no meterla en el coche y llevármela a casa, cosa que seguro hubiera hecho si no fuera porque al rato de volver a andar la muy traidora se fugó con otra pareja que iban más rápido que nosotras.


Apenadas por la huida de tan singular y encantadora compañía, continuamos marcha por la senda que durante un rato llanea por una fajeta hasta salvar un pequeño y hermoso circo que cierra el barranco de As Pauletas.  Desde aquí emprendemos un repecho que la senda traza suavemente con algún zig-zag hasta un cartel indicador, aquí nos desviamos a la derecha dirección Used para, en poco rato, situarnos en el collado de Vallemona.  El día está despejado y algo ventoso así que las vistas se nos abren deliciosamente hacia el Pirineo que parece poderse tocar con alargar los brazos.


Desde el collado ya sólo nos queda remontar la ladera primero herbosa, luego rocosa a nuestra derecha con la senda ya poco marcada pero con algún hito que nos llevará por el camino más cómodo hacia la cima donde nos encontramos una antena y un pararrayos que afean considerablemente la belleza y magnificencia del lugar.  Desde aquí ya vemos todo el cordal hacia el Tozal de Guara con todo el Prepirineo y el Pirineo como paisaje de fondo para hacer un poquito de avituallamiento antes de emprender la bajada por el mismo camino.



Excursión muy sencilla y recomendable para cualquiera que no se amedrente con sus 1.200m. de desnivel pero eso sí, totalmente desaconsejable la época estival que aquí tiene que hacer un calor de mil demonios sin gota de agua (excepto las balsas no potables) en todo el recorrido.

Fecha real de la triunfada: 20/04/2013
Cartografía: Bah! Paqué! Todo señalizadísimo
Fotografías: La que viste y calza