lunes, 10 de septiembre de 2018

GR11. Segundo Período.




Llegan las vacaciones de verano y como no tenemos nada mejor que hacer, nos vamos a continuar nuestro proyecto de completar la GR11 desde el Cap de Creus hasta el Cabo de Higuer.

En este segundo período hemos invertido otros cinco días para completar otras tantas etapas que nos han llevado a introducirnos en paisajes de aspecto más pirenaico y a movernos por encima de los 1.000m de altitud.  Vamos, que empieza lo bueno.

TRANSPORTE

Esta vez nos dirigimos con nuestro coche hasta Olot donde lo dejamos aparcado.  Desde aquí tomamos un autobús que nos dejó en Figueras donde pasamos la noche y al día siguiente cogimos un autobús a las 6 de la mañana que nos dejó en Albanyá, pueblo en el que terminamos la última vez y desde donde empezamos ahora.

Para el regreso desde Planoles, última población de este período, utilizamos el único autobús que pasa por esta localidad y que, en dirección a Vic, realiza una parada en Olot donde nos espera nuestro coche.

ALOJAMIENTO

Muchos (y muy valientes) senderistas hacen el tramo de Albanyá a Beget en una sola etapa pues no hay ningún pueblo ni refugio guardado intermedio, así que la gente prefiere darse el sobo y dormir en cama con cena caliente en la mesa.  No es nuestro caso pues comernos más de 2.000m de desnivel y 35k de distancia en una sola jornada, aunque posible, nos resulta insufrible en pleno verano y como inicio de vacaciones. 
Yo que soy una cobarde, no descanso hasta encontrar una solución alternativa, así que siguiendo el consejo de la web rutespirineus.org, que estamos utilizando como guía por ser bastante completa, me pongo en contacto con el Centro Excursionista de Olot donde, por 8€ por persona y día, te dejan las llaves de las instalaciones de “La Casa de Talaixá” ubicada en el Collado homónimo donde hasta los años ’70 del siglo pasado se ubicó la población de varias casas con su Iglesia dedicada a San Martín.  También hay, en la misma construcción, un pequeño refugio abierto donde bien se puede pasar una noche.  La única desventaja del lugar es la ausencia de agua.



El resto de alojamientos, como la vez anterior: hostales reservados con antelación a través de la web de Booking (por cierto, en época estival hacerse a la idea de que va a salir algo caro todo) excepto en Nuria donde nos alojamos en el Albergue, añadir que fue la peor noche de todas, ahí lo dejo.

AGUA Y ALIMENTACIÓN

Las dos etapas que nos llevaron de Albanyá a Beget fueron las más sensibles para el tema del agua y la alimentación, por no haber ninguna localidad o refugio guardado de paso.  Nos tuvimos que cargar a los hombros la cena del primer día y el desayuno y comida del segundo pero valió la pena zamparte una sopita de sobre y una lata de ensaladilla que supieron a estrella michelín en semejante paraje.

En Sant Anyol de Aguja (a medio camino entre Albanyá y Beget) hay fuente, pero mana poco, no estoy segura si manará todo el año.  Nosotros tuvimos suerte y allí estaban los voluntarios de la Asociación de Amigos de Sant Anyol que para sacar fondos nos vendieron un par de latas de cerveza y un par de botellas de agua de litro y medio (más peso a la mochila ¡arg!).

En Talaixá tienen un par de depósitos donde recogen agua de lluvia que no es potable y no siempre están llenos.  Lo mejor es hacer lo dicho, acarrear agua desde Sant Anyol.

El resto como siempre: desayunos y cenas en los alojamientos y comida de ataque  en la mochila (embutido, pan, frutos secos…).

DESCRIPCIONES:


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