Apenas un par de días han pasado y sin embargo parece muy
lejana la mañana del domingo cuando abrí el ojo derecho para encontrarme a
Bonito del Norte preguntando “¿qué hacemos?”.
Para responder primero miré el reloj que me indicó claramente que había
que cambiar el plan, no eran horas de ir a la nieve. Siguiendo la tradición y con la mañana tan
avanzada nos dirigimos a Arguis en busca de nuestro plan B.
Aparcamos en la presa de Arguis y la cruzamos para
adentrarnos en la transitada pista dejando el pantano y el pueblo a nuestra
derecha. Debemos llevar unos veinte
minutos andando cuando encontramos el desvío a nuestra izquierda con un par de
carteles que indican la dirección hacia “Las Calmas”, uno se refiere a los
famosos Pozos de Hielo y el otro supongo al Pico que perseguimos.
El camino es muy evidente y empinadísimo, pero el esfuerzo
resulta agradecido pues nos encontramos con la agradable sorpresa de transitar
a través de un precioso y “mixtísimo” bosque en el que nos encontramos desde
Boj hasta Hayas pasando por Pino Silvestre, Tejo y hasta Quejigo todo mezclado
en un radio de ¿cuánto? ¿diez metros?... cosas que sólo pasan en la sierra. Nos encontramos en el Barranco de San Antón y su profundidad
y orientación se prestan a una variación térmica que permite semejante mezcla,
ofreciendo jóvenes ejemplares y pequeños rincones de belleza fotogénica.
La senda cruza una pista varias veces y cada vez se empina
más. Pero el ruido del viento ahora se hace más perceptible, lo que nos señala que estamos cerca de un collado… y
así es, llegamos a un pequeño collado que alberga uno de los “Pozos de las
Calmas”, para ser exactos: el número III. Desde aquí ya es apreciable la pirámide del Pico de la Calma , sólo nos queda
dirigirnos a ella por la clara senda que aún se empina más obligándonos a
apoyar las manos en algún muy corto paso.
Nos cruzamos con un “aguerrido montañero” que va de bajada y le
paramos para preguntarle de dónde viene pues al empezar hemos visto una senda
que salía a nuestra izquierda nada más cruzar la presa y nos preguntamos si se
puede bajar por ahí. El hombre nos
cuenta que sí, que no viene de allí pero se lo conoce y que tenemos que ir a buscar “La
Calma Bajo ” y seguir la cresta. Bien, continuamos subiendo hasta que
alcanzamos la cima con sus erizones, sus bojes y su montoncito de piedras correspondiente.
Hace un viento helador así que no perdemos tiempo más que en
abrigarnos y lanzarnos en busca de la senda de nuestros sueños. Nada, no la encontramos y más bien nos
metemos en una jabalinada de la muerte que nos hace perder más de media hora
para terminar volviendo al punto de partida con las orejas gachas y las piernas
llenas de pinchos y moraduras ... ¡pero que bien nos lo pasamos tú, que nos quiten lo bailao!.
Aprovecho para tirar alguna fotico más, que las vistas lo
merecen aún a riesgo de congelarme los deditos.
El paisaje está tremendo: al norte el Pirineo y al sur la Hoya de mi Güeskonsin querida
del alma.
Para bajar, en el collado, seguimos la pista hacia nuestra
izquierda, como si quisiéramos ir a Gratal.
Paramos un momentito a echar un bocao pero hace frío así que enseguida
continuamos marcha en busca del Barranco de La Gabarda.
En cuanto encontramos las señales del gaseoducto, nos
lanzamos por el conocidísimo “alcuerce del cortafuegos” en busca de ganar el
tiempo que se nos echa encima y lo conseguimos, en casi nada estamos en la
pista desde la que sólo queda regresar a la presa comentando la jugada y
fotografiando Coronas de Reina.
Una excursión muy maja y agradable. Más recomendable con menos viento y menos frío para poder enlazar con Gratal, por ejemplo.
AQUI el track.
Fecha real: 25/01/2014
Cartografía: Editorial Pirineo nº8, El Reino de los Mallos
Desnivel: 669m.
Distancia: 12,10km.
Tiempo Invertido: 5 horas.