En principio la idea era subirnos al Adarra para lo cual
habíamos madrugado un poquito porque hay que volver a comer a San Sebastián,
pero la cosa nos salió rana pues llovía nada más bajar del coche. Aún así lo intentamos pero lo de ir calados
en empezar a andar pues como que no ¿no?.
Se cumple la
Ley de Murphy y en cuanto llevamos cinco minutos en carretera
de vuelta, para de llover. Bonito del
Norte hace gala de su conocimiento del medio y me transporta hasta la localidad
de Pasajes de San Pedro para subirnos a una barquita que nos lleva en un
suspiro a Pasajes de San Juan desde donde parten unas cuantas rutas, de las
cuales la reina sería el Jaizkibel pero
no hay tiempo, así que elegimos una variante corta por aquello de darnos un
garbeo y ganarnos los pinchos y el sin fin de manjares que nos esperan estos
días.
La cosa es fácil.
Bajamos de la barca y empezamos a seguir (en contra-dirección, claro)
las flechas amarillas del Camino de Santiago que también discurre por aquí en
su variante Norte. Conforme nos alejamos
de las casas de pescadores y divisamos la entrada de la bahía, empezamos a
remontar el suave acantilado hasta llegar a una pequeña calita que me cuenta
Bonito servía de lugar de despiece de Ballenas cuando las había a montones por
aquí.
Aquí hay un camino que seguiría por el raso de la costa pero
una señal nos prohíbe pasar. Hay que
girar a la derecha, dirección Jaizkibel tal como indica el cartel disponible en
el lugar y del cual seguiremos la variante naranja.
Empezamos la rampa empinadísima y asfaltadísima que nos
acerca a una atalaya donde nos encontramos un pequeño rebaño de cabras que…
oyes ¿qué hacen? … ¡mirate que están riñendo!.
Que a falta de la berrea de los ciervos, nos hemos encontrado con la de
las cabras donostiarras, si es queeee…
Esperamos un poco a que se les pase el cabreo (nunca mejor
dicho) contemplando las traineras pasar allá abajo, para continuar ahora ya sí por senda que nos
conduce por el lateral de una cresta rocosa de curiosas y guapas formaciones
areniscas.
Cada vez estamos más altos (dentro de lo que cabe en estas
latitudes) y ya contemplamos el Jaizkibel a lo lejos. El día está plomizo, hace más bien calor y
con la humedad vamos los dos chupidos como si nos hubiéramos subido al Adarra
esta mañana. Pero pronto llegamos a un
colladete que nos indica el fin de la subida, sólo nos queda acercarnos a la loma
del Mitxintxola y volver al collado para girar a nuestra izquierda según la
dirección de la marcha que llevamos y siguiendo unas marcas blancas que nos
acompañan todo el recorrido.
Atravesamos un Robledal para encontrarnos rápidamente con
una carretera que da a una serie de caseríos.
Sólo hay que seguir las marcas que nos bajan “a cuchillo” a ratos por
carretera y a ratos por camino asfaltado otra vez a Pasajes de San Juan donde
cae su zurito-pincho bien merecido.
Fecha real: 26/10/2013
Cartografía: los carteles del camino
Desnivel: 332 metricos de ná
Distancia: unos 6 kilómetros de ná
Tiempo invertido: horeta y media a paso ligero y sin parar
casi
2 comentarios:
Madre mía, pero que es eso, ¿el chupacabras?..., cortita ruta, pero con vistas al mar, pintxos y paseo en barca, saludos
Bellas fotografías : )
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