37ºC a la sombra y subiendo.
Con este panorama nos despedimos de Güeskonsin y ponemos marcha hacia el
otro lado del Pirineo en busca del frescor y verdor franceses. Hace un par de años que leí una entrada de
David en su Blog sobre este bello lugar y se me antoja un destino ideal para
estas condiciones. Nos vamos Cuñado,
Mediasobri y yo al Lac d’Isabe.
Cruzamos la frontera por El Portalet y continuamos por la
carretera pasando Gabás. Hay que buscar
una pista a la izquierda justo antes de un puente sobre el Barranco Vitet. Remontamos la pista válida para cualquier
vehículo con un poco de tiento, hasta las señales de prohibido el paso y justo
antes de un puente, a la sombra, aparcamos.
Ya en el coche me he acordado de que no he metido ni cámara
de fotos ni gps en la mochila. Menos mal
que llevo mapa y que estamos en pleno siglo XXI y llevamos móviles súper atómicos
con cámara de fotos y gps incluido. ¡Ala
pues! Ya no hay excusas, empezamos a andar.
Obviamos el puente y nos adentramos en el bosque por una
pista dejando el barranco a nuestra derecha.
Nos acercamos a un gran tubo y nos desviamos a la izquierda para pronto
encontrarnos con una bifurcación en un prado de hierbas altas, sólo hay hito a
la derecha así que allí nos encaminamos.
La senda transcurre casi llana totalmente paralela al barranco que se
escucha unos metros más abajo. Conforme
voy recordando la descripción de David, nos encontramos un alud que cruzamos
para luego ir caminando en suave ascenso mientras disfrutamos del frescor y
belleza de esta selva de Abeto y Hayas surcada por unas cuantas surgencias y
barrancos que magnifican el aspecto de este lugar.
Llegamos a una pequeña presa donde nos cruzamos con la pista
principal que muere aquí. Cruzamos el
barranco y comenzamos el grueso de la ascensión de hoy. La senda sube decidida entre el bosque y
apenas describe alguna zeta que nos deje relajar las piernas. Conforme vamos dejando el barranco a nuestras
espaldas, su sonido desparece. Pero al
rato empiezo a escuchar un murmullo de agua lejano y pienso en una cascada que
pronto se nos aparecerá despeñándose 400 metros desde el ibón que aún se hará
de rogar.
Con la vista de la cascada hacemos un descanso para
comprobar que aún nos queda casi medio desnivel por completar. Nos hidratamos bien y nos pertrechamos con
los elementos necesarios para acometer una terrorífica solana empinada que nos
exprime el sudor y los ánimos. Vamos muy
lentos pero los cuerpos no dan para más, especialmente el de Mediasobri
pobrecica que mira que somos malos los adultos que la metemos por estos
sitios. Conforme vamos subiendo, las
vistas a nuestras espaldas se abren y algún rato aún corre una suave
brisa.
Ya estamos cerca y la pendiente se suaviza mientras nos
vamos introduciendo en un mini-collado que sirve de portal a este precioso ibón
que parece sacado de una revista de la National Geographic…
Para la bajada desandamos nuestros pasos hasta la presa,
pero aquí en lugar de buscar la senda, continuamos por la pista hasta el coche
que, resguardado por una estupenda sombra, nos espera para regresarnos al horno
de la Hoya de Huesca.
No duden, señoras y señores, en acercase a este idílico
lugar. Es una excursión algo exigente
pero sencilla con una gran recompensa final.
Desnivel total aproximado: unos 1.000 m.
Distancia recorrida: casi 12km.
Tiempo invertido: muy despacio, no llega a 7h.
4 comentarios:
Precioso ibón, es de esos que invitan a tumbarse y dormitar ¡Sobre todo con estos calores!
Justo en la "acera de enfrente" del valle también hay otro ibón muy peculiar, el Lac du Montagnon con su curiosa forma de corazón (http://es.wikiloc.com/wikiloc/imgServer.do?id=1432574).
¡Salud!
Fer
Cuando ya has visto muchos ibones, lamentablemente, pocos llegan a sorprenderte, pero sin ninguna duda este lo ha hecho en mi caso. Me parece un sitio idílico y que espero algún día llegar a conocer.
No se si hiciste buen cambio o no de actividad, pero desde luego, el sitio es requetechulo.
Un abrazo.
¡Gracias Fer! lo tendré en cuenta para otro día. De hecho, me ha gustado mucho tu ruta, igual te emulo jijiji
Silvia, desde luego que prefería ir con vosotros y estoy segura de que la cría se lo hubiera pasado genial con los caballos... peeeero, lo de madrugar no lo lleva muy bien pobreta. Te prometo que el Isabe te encantaría.
Salud y abracicos!!
Jaja, huir del calor en estos días es imposible, en Zaragoza, Güeskonsin o tierras francesas, pero por lo menos este ibón te alegra el corazón, y la vista.
Un saludo
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