Este fin de semana son las Jornadas de Orquideología de
Biescas y los compañeros blogueros se reúnen allí mientras que servidora, tras
un mes de viajes y mucho trabajo, decide buscar actividad montañera para calmar
ansias. Cuñado se apunta y decidimos
irnos mano a mano al Llena del Bozo que teníamos entre ceja y ceja desde que
este otoño el mal tiempo no nos dejara subirlo.
Aparcamos justo antes de la valla verde que cierra la pista
asfaltada que viene desde el pueblo de Aísa.
Empezamos a andar por la pista que pronto abandonaremos cruzando el
Barranco de Igüer que queda a nuestra derecha para girar inmediatamente a la
izquierda siguiendo la marcada senda que va ganando altura por la loma. Topamos con la GR11 y la abandonamos para
seguir por el hombro “lomero” como si quisiéramos ir al Aspe. Al llegar a un abrevadero seco que se sitúa
justo debajo del embudo que da pase a la normal de este último, hacemos una
primera parada de avituallamiento y refresco que hace un calor abrasante con lo
pronto que es.
Retomamos la marcha dejando a nuestra derecha el camino del
Aspe y su embudo. Transitaremos por una
fina senda bajo las paredes del Llana de la Garganta mientras nos vamos
orientando al Norte para comprobar que la pala de acceso al falso collado que
hemos de superar antes de llegar al Paso de Napazal está cubierta y perfecta
para sacar los hierros.
Vamos progresando por la derecha del nevero hasta que llega
un momento en que no queda otra que pisar la nieve que, a pesar del calor, se
encuentra estable y ¡con huella!.
Perfecto. Mientras la pendiente
se deja, avanzamos sin necesidad de herramientas hasta que nos situamos justo
debajo de la “pared” final que conforma el falso collado puñetero. Paramos y desenfundamos el armamento para
resolver los ¡cuarenta graditos! de pendiente que nos esperan. Vaya sudada nos pegamos oiga, menuda forma de
apretar dientes y posaderas con la de tiempo que hacía que no me metía yo en
una de estas.
Muy dignamente, superado el mega-repecho blanco, salimos por
nuestra izquierda al vallecito que remontaremos, nuevamente por la derecha de
otro nevero mucho más suave que no pisaremos.
Y así nos situamos en el Paso de Napazal para contemplar el abismo de la
canal que se abre paso desde el norte haciendo de ventana que deja intuir las
vistas que tendremos dentro de un momento en la cima. Pero antes hay que recomponerse con una
mini-parada.
Desde aquí observamos unos montañeros que bajan directamente
de la cima y gracias a ellos vemos las trazas de senda e imaginamos el
itinerario que nos queda hacia la arista cimera. Reemprendemos la marcha y nos los cruzamos,
momento que aprovecho para agradecerles la huella y preguntar por la bajada
hacia el paso de Aísa a lo cual me responden que se ve perfecto y sin
nieve. Nos va a salir una vuelta fetén a
este paso.
Caminamos por una ladera rocosa muy empinada siguiendo los
hitos que nos van indicando el mejor paso que, apoyando un poco las manos, nos
encarama en la arista cimera que me cuesta superar de lo lindo. El calor y el cansancio se notan ya a estas
alturas con poco menos de cuatro horas de actividad en la espalda.
La cima nos recibe coronada por un gran hito y nos abre unas
magníficas vistas complicadas de fotografiar por la mala luz de los días de
calor y nubes de evolución. Se está estupendamente, hace calor y a ratos sopla una suave brisilla que invita a la siesta, nos tomamos nuestro tiempo para comer.
Para bajar damos la espalda al itinerario de subida y seguimos
los hitos que se dirigen al Puerto de Aísa.
En principio, deberíamos seguir hacia este último y luego descender
suavemente el valle, pero a nuestra izquierda se abre una pedrera con muy buena
pinta y tenemos claro que no seremos los primeros ni los últimos en lanzarnos a
fluir. Esto sí es una pedrera y no lo
del otro día. Entre saltos,
deslizamientos y carcajadas llegamos a la orilla del recién nacido Barranco de
Igüer para hacer una parada y vaciar las botas de la poca gravilla que pueda
haber entrado.
Cruzamos el barranco y caminamos ahora bajo las faldas de la
Sierra de Bernera disfrutando de la suavidad del terreno y del viento que
augura futuras tormentas para la noche.
El entorno está magnífico ahora que los rigores del calor van dando algo
de tregua y mientras echamos algún vistazo atrás, casi sin darnos cuenta,
llegamos al Collado del Bozo.
Desde aquí sólo nos queda seguir la GR11 que abandonaremos
campo a través para llegar al fondo del valle y hacer las últimas fotos antes
de cerrar el círculo del itinerario y llegar al coche. Cerveza del triunfo en Villanúa y para casa
que aún nos dará tiempo de irnos de cañas por ahí antes (y después) del partido de fútbol.
Desnivel acumulado: 1.175m.
Distancia recorrida: 12kms.
Tiempo invertido: 7h. 45m. con paradas al solete
4 comentarios:
Ains!!! que me encanta este pico y el de la Garganta igual!!! Me parece una zona chulísima.
DIsfruta moza, disfruta!!! Y a ver si nos vemos...que os echo de menos!!!
Un beso.
Nivelazo gastas, me alegro. Ka verdad es que te echamos de menos en lo de las orquídeas, pero...... se te entiende.
Triunfada totoal. Un saludo
Bonita vuelta¡.
Fer.
Bien maja la vuelta ¡sí señores!. Para los que estáis fuertes, que sepáis que sale más chula aún haciendo también el Llena de la Garganta primero.
Salud!
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