Aunque ya no es su primera vez,
hoy me traigo a Italiano que un día, desde Tella, se fijó en la curiosa forma
de esta montaña. Nos acompañan también
Chus y Sergio que han venido a buscarnos a casa y todos juntitos hemos puesto
rumbo a Aínsa y de allí a Escalona donde nos desviamos en la rotonda de Añisclo
y Escuaín para enseguida tomar el desvío de Puértolas, luego dirección Bestué
para dejar el coche justo en el cruce con la carretera de Escuaín.
Lo mismo que hace un par de años,
continuamos por la carretera, desvío a la derecha y seguir el camino que aunque
hoy se presenta más vestido que otras veces, está muy pisado y difícil de
perder mientras nos vamos acercando a los pies de las paredes calizas que dan
forma a esta solitaria montaña.
Poco a poco, nos acercamos a una
amplia canal con una inclinación importante.
Ya estamos algo cansados así que aprovechamos para parar a comer algo en
un claro justo antes de abandonar el bosque.
Desde aquí nos queda una empinadísima ladera pedregosa salpicada de boj
que termina en un alto desde el que divisamos ya el vallecito colgado que hace
de antesala a la verdadera cumbre del Castillo mayor.
Bajamos hasta el plato del valle
y giramos a nuestra derecha. Cuando se
acaba la hierba, continuamos dirección sur-este hasta que nos encontremos con
el abismo de las paredes que nos rodean a nuestros pies. Giramos a nuestra izquierda y ya a muy duras
penas, saltando de roca en roca y de grieta en grieta, vamos superando los
metros que nos quedan hasta la cima que ya se adivina allá a lo lejos.
La cima del Castillo Mayor nunca
defrauda, incluso hoy que la luz está justa y el viento a ratos nos
desequilibra, las vistas del Valle del Cinca se amplían ante nuestros ojos, los
grandes de Ordesa nos vigilan y los gigantes de los Valles más lejanos nos
saludan tímidos medio tapados por alguna nube traicionera.
Aposentados en un trasaire nos
comemos todas las provisiones que cargamos y nos damos tiempo para una amena
sobremesa tras la que, muy a nuestro pesar, decidimos comenzar el descenso
ahora siguiendo unos hitos que van directos desde la cima, en dirección sur,
hacia el centro del sinclinal al que arribamos a velocidad de vértigo gracias a
la inclinación el trazado de la senda que se deja transitar mucho más cómoda a través de las grietas de este paraíso calizo.
De aquí al bosque siguiendo el mismo trazado que de subida y
contemplando todo lo que de subida quedaba a nuestras espaldas.
La caña del triunfo, aprovechando
el cambio de hora y la mayor cantidad de luz, en una terraza de L’Ainsa. De aquí a casa muy contenta por lo contentos
que se muestran mis compañeros de hoy.
El Castillo Mayor nunca defrauda, ya lo digo yo.
Fecha real: 29/03/2015
Desnivel: 891m.
Distancia recorrida: 10km.
Tiempo invertido: 7h (muy tranquilos, contando largas
paradas)
3 comentarios:
Pues no te digo que no, que es un pikachu bien majo para desprecintar a la gente pero te perdiste/se perdieron una buena en Vadiello. Fue un día completo, completo.... Ya lo leerás ya... Saludos maja.
Un pico bien majo, la pena es que si no vives cerca, cuesta más el viaje en coche, que subirlo. Un saludo
Me reitero en lo que trascribe J.M, pero añado que se te echó en falta siendo que contábamos contigo.
Menos mal que Castillo Mayor nunca defrauda y menos con el buen día que pillastéis.
Un abrazo guapa!
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