Amanece en los llanos de Lizara. Cantan los pajaritos, suena música celestial…
¡ah no! Es la orquesta de ronquidos variados que retumban en la habitación
acompañados de los crujidos de la madera de las literas. ¡Menos mal de los tapones! Que si no, creo
que no hubiera dormido ni la mitad de las seis horas escasas que he conseguido
sacar a base de respiraciones profundas, tila a mansalva y pensamientos puros
para conciliar el sueño.
Es lo que tienen los refugios de montaña. A mí me estresan. En cuanto uno se empieza a levantar, todos
nos movemos y empieza un ritual que grabado en vídeo sólo se podría acompañar
de esa musiquilla de las famosas persecuciones de Benny Hill. Unos al baño, otros a recoger
trastos, los que intentan bajar del último piso de la litera sin pisar al de
abajo, los que aún intentan dormir increpando al personal… Todo es una especie
de película desacompasada que va a cámara rápida cuando todo debería ir más
lento ¡que aún no ha amanecido y no han puesto los montes! ¡locotes-as!.
Conseguimos sentarnos a desayunar tranquilamente. Por suerte, o vaya usted a saber por qué,
ninguno sufrimos agujetas a pesar de los esfuerzos de ayer. Va a ser que no fue para tanto. La cuestión es que estamos contentos porque
para hoy no hay pérdida posible, sólo tenemos que subir los 500m. de desnivel
que hay hasta el Collado Foratón y de allí unos 650m. abajo hasta Gabardito,
punto final de nuestra Redolada al Bisaurin.
Empezamos a andar por la pista que sale detrás del
refugio. Siguiendo las marcas
rojiblancas de la GR 11
la pista sube muy decidida con unas rampas insufribles, así, para calentar ya
de buena mañana. Al rato empieza a
llanear y a nuestra derecha comienza la senda que, poco a poco, va remontando
la ladera y en cosa de horeta y media nos sitúa ya en el collado desde el que
se contempla la ruta normal de ascenso al Bisaurin. Paramos a hidratarnos y a fotografiar los
Lecherines y Collarada que se siluetan al contraluz.
Ahora sólo es cuestión de bajar por la senda pisadísima y
marcadísima. De señal en señal y sin
pérdida posible. Primero a la Plana Mistresa donde paramos a
almorzar mientras contemplamos estupefactos la segunda parte de la ruta “de
embarque” que seguimos ayer.
En rojo el trazado del embarque que, en realidad, va paralelo a la ruta correcta sólo que unos metros (bastantes) más arriba |
Luego al Plan de Dios te salve y su refugio, donde seguimos
contemplando, ya entre risas, la primera parte de nuestra mítica embarcada…
Ya sólo queda seguir la senda que cambia de paisaje en el
Salto de la Vieja ,
adentrándose en el bosque y de allí a Gabardito frescos comos rosas al
amanecer. Cervecita del triunfo en el
refugio y a descargar trastos a la furgo para emprender ruta raudos hacia la Borda Bisaltico y regalarnos un
homenaje de migas, ensaladas, espárragos y carnes varias regado todo con vino
de la casa y bien de gaseosa.
Fecha real: 22/09/2013
Cartografía: Editorial Pirineo nº 1. Valles de Ansó, Hecho y
Aragües
Desnivel: 500m.
Tiempo invertido: 4 horetas parando mucho y de cachondeo
todo el rato.
3 comentarios:
Da gusto leerte, con esos pechugazos que os pegais, y aun pareces un cascabel. Inagino que escribes cuando ya estás descansada, y claro... se nota. Preciosa vuelta por uno de los sitios mas emblemáticos de la GR. Otrosi digo la aportación enologica de la "gaseosa", sencillamente genial. Nunca defrauda, solo exige que la temperatura de servicio sea baja (basicamente como de un blanco o espumoso). En fin, ¡admiracion!. Saludos
Yo con los refugios de montaña tampoco puedo, de hecho hace mucho que deje de ir, porque no pego ojo en toda la noche, y prefiero un vivac si el tiempo acompaña. Veo que recuperasteis bien las fuerzas, y moza el vino sin gaseosa, jaja, saludos
Que no son para tanto los pechugazos ENRIQUE y lo del cascabel... tendrías que verme al llegar al coche, ni cascabel ni ná... ya procuro que conduzca otro porque casi siempre me duermo ¡jijiji!
EDUARDO: Te prometo que ese vino requería gaseosa sí o sí. Hace muuucho tiempo que no vivaqueo, pero tampoco lo echo de menos eh, que ya he pasado frío y penurias de joven y prometí que nunca más volvería a dormir a la intemperie... ¡a dios pongo por testigo! jajaja!
Saludicos a ambos y gracias por la visita!
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