Bonito del Norte y yo teníamos intención de hacer La Senda de Camille este
verano. Lamentablemente entre unas
cosas y otras no hemos podido, pero aprovechamos que tenemos el fin de semana
libre ambos dos y además podemos coincidir con unos amiguetes para darle la
vuelta al Bisaurin en día y medio.
Así pues, el sábado temprano, ya estamos aparcados en el
parking que hay poco más arriba del refugio de Gabardito. Empezamos a andar por la GR 11 a través del bosque que ya
empieza a mostrar signos otoñales hasta que nos encontramos un desvío
señalizado. Nosotros vamos a la
izquierda, dirección “Agüerri/Secús/Taxeras”.
Aquí nos separamos de la GR 11 y al poco se abre el bosque y nos
encontramos, en una pradera, un desvío marcado por hitos: unos a la derecha,
otros a la izquierda. No sé bien por
qué, todavía no entiendo qué conjunción de astros nos hizo elegir los de la
izquierda… la cuestión es que por allí que tiramos cara arriba como si no
hubiera un mañana hasta que llegamos a un refugio que ¡pardillos! nos pensamos
es el de Secús. Total que muy contentos
de ver lo bien que hemos subido, paramos a almorzar que ya es hora. Lo cierto es que me encuentro un poco
dubitativa, pero por otra conjunción de astros, planetas y agujeros negros
astrales leo mal el mapa y afirmo que vamos bien.
Desde aquí, los hitos siguen un poco hacia arriba y luego
otra vez hay que elegir: izquierda o derecha.
Aquí sí me entra un poco el talento y pienso “a la izquierda Peña
Agüerri que subí hace años, tiene que ser a la derecha”, además sé que en algún
momento esto debería llanear cosa que enseguida ocurre. Ahora nos encontramos caminando plácidamente
por una bella faja que nos descubre unas magníficas vistas del Bisaurin, con un
patio considerable pero muy cómoda de caminar nos va llevando entre paredes
calizas hasta una semi-cueva donde nos encontramos un rebaño de ovejas que nos
salen al encuentro.
Entre ellas aparece una cabrita de color canela que se me
enfrenta. Asustada por si me da un
cabezazo y me lanza al vacío me aparto de ella lo cual le da paso en busca de
Bonito que es menos asustadizo y la encandila (como hizo conmigo, ladrón) de tal manera
que el animalico más que una cabra parece un perro y decidimos bautizarle
“Tobi” pues nos sigue a todas partes.
Continuamos por la faja que ya nos va orientando al norte y la Sierra de Secús y, mientras
jugamos con Tobi, veo un sarrio un poco más abajo. Me dispongo a fotografiarlo y en ese mismo
momento caigo en la cuenta de que nos hemos metido una pedazo de embarcada de
las buenas de verdad. Más abajo aprecio
la senda que discurre junto al Barranco de Agüerri que es por donde deberíamos
haber pasado.
¡Ale! ¡ya la hemos liado! a ver cómo salimos de esta. De momento, seguimos por la faja contemplando
las caprichosas formas del Bisaurin por esta cara, hasta que una pared caliza se abre con su
patio a nuestros pies. Desde aquí
podemos ver el verdadero Refugio de Secús más abajo, así que hemos de buscar la
manera de alcanzarlo. Encontramos una
ladera algo empinada que nos ayuda a bajar unos cuantos metros hasta que damos
con una pequeña chimenea que destrepamos sin dificultad hasta el barranco. Sólo nos queda acercarnos al refugio y de
allí al paraje de Secús donde hambrientos y aliviados paramos a comer.
Desde aquí ya divisamos el collado de Secús al que nos tenemos que
dirigir. Estudiamos bien el mapa entre
todos, hacemos votaciones y, por mayoría aplastante, nos dirigimos hacia él
bordeando y dejando a nuestra derecha el barranco.
Estamos cansados del esfuerzo extra realizado, pero aún
queda día y tenemos cama y cena reservadas.
Caminamos tranquilos pero las características del terreno nos hacen
ganar altura con rapidez. Vamos salvando
resalte tras resalte, siguiendo los pocos hitos existentes que nos indican lo
poco transitado del lugar a pesar de la belleza de las paredes norte del
Bisaurin.
Nos encontramos con un nevero y no llevamos crampones, no
nos queda otra que salvarlo por su derecha al estilo “María un pasito
pa’lante un pasito pa’tras” por pedrera. Desde aquí
ya queda poco. Un último empentón,
tragazo de aquarius y gel mega-vitaminado mediante, nos plantamos en el collado
de Secús ¡por fin!. Aquí se nos abre la
vista hacia los colosos de Panticosa allá adelante a la izquerda y más abajo se
aprecia ya la Plana Mistresa ,
nuestro próximo objetivo.
Empezamos el descenso por una estrecha canal a nuestra
izquierda que destrepamos hasta encontrar los hitos que nos indican el camino a
seguir. Poco a poco, perdemos altitud y
atravesamos un nuevo nevero primero por su derecha hasta que los hitos se
adentran en él. Bueno, no hay mayor
peligro ¡a esbalizar todos!.
Al terminar el nevero, el terreno se hace más amigable y
alcanzamos la Plana Mistresa
donde ya hay una tienda de campaña con sus habitantes dispuestos a pernoctar en
este bonito lugar. Sólo nos queda seguir
la senda hacia la derecha en busca del Refugio de Forestales desde el cual en
menos de una hora y pasando por el Refugio de Oldecua, alcanzamos el ansiado Refugio de Lizara.
Cansados pero contentos nos adecuamos al lugar para degustar
una magnífica cena compuesta por lentejas (con verduras) , pollo (con patatas y
guisantes) y flan (con canela) regado todo con vino sin etiqueta que sabe lo
menos a rioja reserva. Tras cenar, una
infusión para esta tontita y licores variados para el resto antes de echar los
cuerpos a las camas que nos esperan.
Ha sido una jornada larga.
La embarcada nos ha hecho perder tiempo aunque hemos descubierto un
itinerario que, sin estar marcado en los mapas y sin querer ha hecho nuestras delicias por su
singularidad. Consultando varios mapas me encuentro dos topónimos que darían alguna explicación a la Faja tan bien pisada y trazada: "Faxa do Caznarez" o "Faxa Baco". Alguna de las dos será pero no he encontrado más referencias en internet, habrá que preguntar un día de estos por el lugar.
Fecha real: 21/09/2013
Cartografía: Editorial Pirineo nº 1. Valles de Ansó, Hecho y Araragües
Desnivel contando la embarcada: unos 1.200m.
Tiempo invertido: sus 10 horas contando paradas varias (muchas).
6 comentarios:
Mira que eres aventurera Pirene, te encanta embarcarte con rumbo desconocido, je, je.
De todas formas así se descubrió este mundo, y los quedan por descubrir...
Un abrazo. A ver con que nos sorprendes con el segundo capítulo.
Bien chula esa travesía...yo no la he hecho entera pero a cachos sí. Me encanta ese refugio que parece una estupa tibetana...qué le pasaría por la cabeza al tío que lo diseñó para no ceñirse al canon de "cuatroparedestejaoadosaguaspuertaydosventanas"...por lo demás, que sepas que tienes al Yeti celoso...¡que es eso de hacer amistad con cabrichuelas! Anda queeeee...
Salú moza. (y mozo)
Que sería Pirene sin sus famosas embarcadas, jaja, haber que nos cuentas en la siguiente, saludos
Señores, las embarcadas son la sal de la vida! ¿por qué creen que aún no tengo un GPS de los de verdad?, no es que valgan un pastón, es que no lo quiero ¡yo lo que quiero es embarcarme! ejejeje!! Mi consigna y la de mis amiguetes es: "Domingo aventura, embarcada segura", esto es así, como una tradición: si no hay embarque no hay excursión.
Lo que sí me preocupa muchísimo es el YETI, por favor que no se me ponga celoso que sólo la toqué un poquito (la cabra, digo);-P
Salud y monte pues!
Hola Pirene!
Que embarcada! (como tu dices), pero qué bien resultó.
A mi tambien me ha pasado alguna vez y es que ... tienen un "sabor" singular ¿eh?.
Me ha encantado tu crónica y tu forma tan "desenfadada" de narrarla. Me ha encantado. Habra que pasar a menudo por estos lares!!!
Saludos,
Chesco
Fantástica excursión.
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