viernes, 22 de agosto de 2014

Trekking de Langtang. Día VII y final: Thulo Syabru-Dumche


Nos levantamos muy temprano y sin desayunar ni quitarnos las legañas, nos vamos corriendo a fotografiar el Ganesh Hymal.  Un siete mil que se dejar ver bien desde aquí.


Ahora sí, es momento de desayunar y acicalarnos para afrontar nuestro último día de trekking.  Con mucho pesar y muy pocas ganas de abandonar estos montes, empezamos a andar en suave ascenso por un agradable bosque hasta alcanzar un alto desde donde contemplaremos por última vez el valle y el pueblo de Thulo Syabru.


Continuamos ahora llaneando por una encantadora y comodísima senda salpicada de fuentes y ruedas de oración.  En un pequeño claro conseguimos ¡por fin! ver el Langtang Lirung aunque sea de lejos.  Ahora al menos podemos darle forma en nuestra memoria.



Asados de calor, afrontamos el prolongado descenso que a través del bosque nos llevará hasta una pequeña granja donde paramos a refrescarnos.  Hay dos preciosas niñas que nos ofrecen agua de una jarra tan mugrienta que nisiquiera Mahesh (nuestro porteador) se atreve a probar.



Continuamos bajando y ya divisamos la carretera, una última rampa en bajada nos deposita en ella.  El calor es sofocante y más caminando por el asfalto.  Por lo visto este es el camino más corto a Dumche pero la verdad, hubiéramos preferido el camino largo y directo para ahorrarnos esta terrible hora de carretera que nos hace llegar molidos por fin al hotel que nos dará cobijo esta noche. 




Tras dar cuenta del mejor Dhal Bat de estos días, con su pollo al curry y todo, pasamos la tarde dando pequeños paseos por la localidad, tomando unas cervecillas con Imán y Mahesh y comiendo frutillas del bosque con nombre impronunciable e inescribible que nos venden unas jóvenes locales.




Así acaban siete días de trekking por la cordillera más alta y extensa del mundo.  No hemos hecho cálculos de desniveles ni kilómetros recorridos, pero sí de sonrisas, espiritualidad, paz y buen rollo, en total: infinitas toneladas.  Una parte de nuestros corazones se queda en el Valle de Lantang.


Mañana tomaremos el “Bus turístico” de vuelta a Kathmandú desde donde saldremos más tarde dirección a Pokhara para pasar unos días en esa encantadora ciudad costera del Lago Phewa.

2 comentarios:

Enrique Martínez Labalsa dijo...

Pues si, habéis disfrutado y lo has sabido transmitir. También penalidades, calor etc., pero es parte de la aventura. Me alegro un montón, y gracias por compartirlo, así disfrutamos un cachito. Saludos!!!!!

Eduardo Pardo dijo...

Un viaje de los que no se olvida, gracias por compartirlo con nosotros, saludos