jueves, 19 de julio de 2012

DOS CLARABIDES Y UN DESCONOCIDO

Hacía muchos años que no culminaba una gesta parecida, mi último tresmil había sido el Neuville hará más o menos unos doce años y, desde entonces, mi actividad montañera se había limitado al trekkineo sencillo y algún picacho fácil y cortito.  Tuvo que llegar Bonito del Norte para sacarme de mi letargo.  Aquí va la historia de lo que ocurrió…

DÍA 1 (víspera del día 2): Llegamos a Benasque a comer, bien de pasta para preparar el cuerpo.  Nos acercamos por la carretera de Francia (que no llega a Francia) al parking del Valle de Estós.  Aparcamos y cargamos las mochilas, ahora recuerdo por qué dejé de irme a dormir por ahí ¡como pesa la jodía mochila de los años 90!.  Emprendemos la marcha hacia el Refugio de Estós, el valle está precioso, rebosante de vida… ¡que verde era mi valle!, nos zampamos alguna fresa por el camino aprovechando que es temporada y que los buitres que nos anteceden no han arramblado con todas, pero casi. A eso de las cinco y media de la tarde, ya estamos allí.  Nos inscribimos y subimos los sacos-sábana a la habitación donde Bonito del Norte me hace una interesante comparativa con los barracones de Auschwitz que visitamos hace un par de meses… ¡ejem!.  Cena en horario europeo y a jugar cartas hasta hacer sueño.

DÍA 2 (víspera del día 3): 7:30 a.m., hora zulú.  Tras un interesante desayuno, ponemos rumbo por detrás de los aseos del refugio (aaarggg) por una senda marcada que nos va llevando por el final del valle de Gías en dirección al barranco que lo atraviesa.  Al poco rato comenzamos a ascender por la derecha del barranco hasta llegar a un cruce de esos tan divertidos para sacar la típica foto de chapuzón… ¡no pudo ser! Estábamos ágiles todavía.

Continuamos por la izquierda del barranco superando varios resaltes que nos hacen apoyar las manos alguna vez, sin miedo, nada de patio y todo muy tumbadito, nada vertical… divertido, pero hay que ir avispado porque aunque el camino esté bien señalizado con hitos e incluso algún circulito de pintura blanca, podemos embarcarnos fácilmente cosa que no ocurre que para eso está mi olfato canino y consigo llevarnos por el buen camino y cruzarnos con una familia de marmotas que se dejan fotografiar y todo.




Poco a poco, ganamos altura y nos encontramos con un primer pequeño ibón que dejamos a nuestra izquierda por una faja muy bien pisada que nos encarama, ahora sí, en el bellísimo Ibón de Gías.  Llevamos un par de horitas andando, así que… ¡hora de almorzar!.


El tiempo pinta raro, el fondo del valle ni se ve y en poco rato nos rodea una inquietante niebla que tampoco nos deja ver claramente por dónde hemos de continuar, pero “se hace camino al andar” dice la canción, así que a tirar pa’rriba.  Vamos rodeando el Ibón que se queda a nuestra derecha para empezar buena rampa por pedrera cómoda hacia el collado de Gías donde nos quitamos las mochilas.  En poco rato nos encontramos dudando entre hacer caso “literal” al mapa o esperar a que despeje un poco para asegurarnos.  Estoy muy cansada pero como ya estoy allí, propongo tirar hacia la derecha a una cumbre que no tengo ni idea de lo que es pero está cerca y visible… ya bajando, si eso, tiraremos hacia los Clarabides de marras.  Dicho y hecho, buen palizón por caos granítico tresmilero de esos que tanto me gustan (esto dicho con mucho rintintín), para llegar a… estooo… ¿la Punta Lourde Rocheblave?, seguro que algún asiduo lector me lo aclara.


¡Ale pues! Bonito del Norte ya tiene su primer tresmil, ponemos dirección otra vez al collado y por fin empieza a despejar mientras los claros nos dejan maravillarnos con la magnífica mole del Posets como postal de fondo para los Claravides que ya nos están llamando.  Allá que vamos.  Nos cuesta bajar por el caos granítico de la puñeta así que paramos en el collado a repostar y dar cuenta del tradicional benjamín de cava que, como manda la tradición, le he hecho transportar a mi pobre vasquito para celebrar la ocasión.


Continuamos pues, esta vez por camino muy cómodo, bien pisado y evidentísimo hacia el auténtico objetivo del día: Claravides norte, tocar chufa y seguir hacia el Claravides central.  Aquí echamos un rato haciendo fotos y lamentándonos de no haber atacado aquí primero, así aún tendríamos ganas de ir hacia el Gías.  Me lo miro de reojo mientras decido empezar el descenso, estamos cansados y queda toda la bajada.


De vuelta al collado, mochilas a los hombros y a bajar lo subido.  Todo bien hasta que ¡pardiez! ¿dónde está el cruce del barranco? ¿y los hitos? ¿y nosotros, dónde estamos nosotros?.  El agotamiento es lo que tiene, que se empana una y durante media horita pierde el oremus.  Sin más contratiempo que un remojón en los piececitos (cosa que también se agradece) retomamos el buen camino y llegamos al refugio. Ducha, ropa limpia, cena y a dormir como lirones. ¡Que mansos nos quedamos, oiga!.


DÍA 3 (el día que nos fuimos a la playa): Amanecemos contentos y risueños hasta que ¡ains! ¡ habemus agujetas!... si es que ya no tenemos edad.  Desayuno, mochilas y a bajar.  Abandonamos el refugio con un día precioso y nada caluroso, toda la bajada se nos hace encantadora a pesar del dolor de garrillas y aprovechamos que no hay prisa para “jartarnos” de hacerles fotos al sin fin de florecillas y floripondios que encontramos por el camino.  Así, en lo que nos parece un soplido, llegamos a la “frago” y al rato a Benasque para darnos un buen homenaje de huevos fritos con jamón.  La playa nos espera… ¡que vida más perra esta!.


Recomendables los Clarabides para primerizos tresmileros.  Magníficas vistas sobre Francia y el macizo del Posets, rodeados de ibones.  De verdad, tresmil ideal para iniciarse (ojo, siempre acompañados de una mano experta).

Fecha real de la triunfada: del 8 al 10 de julio de 2012
Cartografía: Editorial Pirineo nº6 (Benasque - Ball de Benás. Parque Posets – Maladeta)
Fotos: Mi cámara nueva y mis deditos

4 comentarios:

J. M. N. dijo...

Triunfada en toda regla, compañera.
Efectiviwonder, la punta desde la que se ven esas dos torres que retrataste es la Lourde-Rocheblave (o como se escriba). La torre más cercana es la torre Armengaud y la de detrás el Gourgs blancs. En cuanto a los Claravides hay tres ¿no? Y están muy cerca uno de otro. De hecho, creo que para ir al occidental hay que pasar, si o si, por el central y el oriental.
Del Giás os quedásteis a media hora escasa pero está bien...así tenéis excusa pa volver y comeros, otra vez, la subida hasta el ibón.
Solo una cosa hicisteis mal, desde mi modesto punto de vista. ¡¡¡¡A quién se le ocurre bajar de 3000 y pico a 0 de la playa!!!! Qué queréis, ¿que os de un lele???? Dicho esto desde la más corrosiva envidia. Algún día tengo que probar yo, a ver como responde mi cuerpo serrano a los cambios de altitud y/o presión.
hala, ya habéis empezado. A partír de ahora todo triunfadas.
Salú

Pirene dijo...

¡Pos nos dejamos el occidental pues!!. Claro, yo me oriento levantando el dedo y haciéndome composición de lugar: "francia norte, españa sur... luego esto es Clarabides norte, llastá" jejeje.

El cambio de altitud, estupendamente, bien de cañitas, vuelta y vuelta en la arena y a dormir más horas que un reloj. Así sucesivamente hasta volver a la realidad. Te lo recomiendo, de verdad. Es como fumarte un peta pero sin gastar ni fastidiarte el pulmón, todo muy legal.

Gracias por instruirme con la Punta Rocheblave esta, andaba yo despistadilla, que desde lo de Punta Güé no me fío ni un pelo de mis mapas.

Ale pues!

Eduardo Pardo dijo...

Joder, este tres mil es la primera vez que lo oigo nombrar, nosotros la semana que viene si no pasa nada al posets, que este verano esta siendo muy raro, y después para Alicante a la playa y alguna ferrata. Si no te importa me quedo por este blog. Saludos

Pirene dijo...

¿Cuál? el Clarabides o el Lourde Rocheblave... ¡jejeje! Ruta recomendada: 1º clarabides, luego Gias y si quedan ganas la Lourde Rocheblave esa.

El Posets es facilito desde el refugio de Angel Orus, ya verás. Hay algún cresterío guapo también pero esas ya son palabras mayores para mí.

Bienvenido y quédate el rato que quieras.

Saludicos!