El macizo de Contrahierbas se ubica
al Este del Huascarán y tiene su altitud máxima en 5.956m. Lo
componen varios picos (aquí se llaman Nevados, por el blanco de sus
cumbres) de más de 5.000m. y para hoy nos disponemos a conquistar el
Nevado Mateo que no es más que un hombro que se desprende de las
estribaciones Sur-Este de la cima principal del Nevado Contrahierbas.
Al fondo a la derecha nos espera el pequeño Mateo |
A las infames 3h30m de la heladora
madrugada, nos pasa a recoger por el hotel nuestro inestimable guía
en un aparato que a duras penas calificaremos de vehículo
automóvil…. Llamémoslo “troncomóvil” para quedarnos todos
contentos. A los diez minutos hacemos una parada para recoger a
Giacomo, un joven italiano que, por sorpresa, nuestro guía a
invitado a unirse a la excursión.
Tras unas tres horas de carretera cabeceando y durmiendo a ratos. El conductor nos despierta pues hemos llegado al punto de partida: la punta Olímpica (4.600m), un collado excavado por el túnel de la carretera que comunica Carhuaz y Chacas. Tras echarle la bronca al guía por enjaretarnos un tercer compañero imprevisto, nos pertrechamos con las botas súper rígidas que nos han alquilado y los cascos para enfrentarnos a los primeros metros de ascensión.
Arrancamos por nuestra izquierda dirección Este atravesando un campo recién plantado de repoblación y en menos de un santiamén estamos en la morrena superando el visible trazado que describe un par de zetas por entre grandes placas de roca rojiza. El guía nos advierte que vamos a comenzar a superar la parte más difícil de esta primera parte de la ascensión, una serie de trepadas por placas tumbadas, con buenos agarres pero con una caída … digamos… peligrosilla.
Últimos pasos de trepada, al fondo el Mateo |
En el Huascarán ya ha amanecido mientras a nosotros nos espera la niebla |
Sólo nos queda seguir superando la pedregosa pendiente hasta plantarnos en la entrada del glaciar. La niebla se nos ha apoderado, pero para este tipo de gestas, lejos de casa y habiendo pagado por adelantado, una ni se plantea la renuncia (excepto por cuestiones de alto riesgo). Nos calzamos crampones y polainas, nos colocamos los arneses y nos encordamos.
La nieve está dura y es rara, muy diferente a la nieve dura pirenaica pero tanto crampones como piolet hacen correctamente su función para superar una primera pala que nos hace mantener un ritmo de ascenso sostenido a pesar de presentar muy distintas inclinaciones. Sobre la cota 5.000m, realizamos una travesía a nuestra izquierda para depositarnos a los pies de una segunda pala que, con una inclinación de sus 45º aprox., nos hace sudar y a mí me obliga a maldecir a cada paso por una dificultad a la que no estoy acostumbrada y por la lógica falta de oxígeno que siempre se nota por muy aclimatado que se esté. Y así, clavando piolet, realizando comentarios escatológicos sobre el que reina en los cielos y preguntándome quién me mandará a mí a meterme en estos fregaos, alcanzamos la cumbre del Nevado Mateo envueltos por la niebla y sin disfrutar del paisaje, pero muy contentos de haberlo conseguido.
La niebla nos engulle al entrar al glaciar |
Cima sin vistas (sonrisas de frío más que de alegría) |
Los pequeños claros nos indican que estamos rodeados de gigantes |
Tras un rato en la cima esperando a que se despeje sin tener suerte, empezamos el descenso desandando nuestros pasos. Giacomo va en cabeza, pero no está acostumbrado a este terreno así que vamos muy despacio asegurando cada paso hasta que la pendiente cede para dejarnos disfrutar y fluir cara abajo pensando en la sopa de quinoa que nos espera en Huaraz.
Llegando de regreso a la morrena |
Un rayo de sol delata la magnificencia del entorno |
Ascensión ideal para iniciarse en el Andinismo. En realidad, se trata de una excursión que se han sacado las agencias de la manga para poder ofrecer a los clientes alguna ascensión fácil que se pueda hacer en un día. Imprescindible la aclimatación previa y más que recomendable llevar equipo personal (botas rígidas o semi-rigidas, casco, piolet, crampones y arnés) porque el de alquiler es realmente lamentable.
Moraleja de hoy: “No hay bota que en mochila no quepa”
AQUÍ el track (fiable el trazado, no los datos. La altitud le debió sentar mal al GPS)
Fecha real: 09/07/2017
Desnivel: Unos 600m
Distancia: Unos 6km.
Tiempo invertido: 5h
2 comentarios:
Hola Pirene.
A esas alturas, cada paso cuesta un mundo. Lo del material está claro, sobre todo las botas, como las propias no hay ninguna.
Un saludo
Hola Pirene
Que bien, un "5000" para el bote¡¡. Lástima que las nubes os taparan las vistas.
Tienes mucha razón con lo del material, lo de alquilar es una lotería...
Salud¡
Fer
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