La ciudadela de Machu Picchu debe su nombre a esta imponente
montaña que supera por poco los 3.000m de altitud. Localizada al Sur del recinto arqueológico,
es la montaña más alta de las que le circundan directamente y hemos elegido
subirla, en lugar del hiper-visitado Huayna Picchu, porque su ubicación provee
una visión mucho más vasta del recinto y alrededores.
Lo de madrugar se ha convertido en tradición estas
vacaciones y hoy, día grande, no iba a ser menos. A las 4:30am ya estamos guardando cola para
subirnos a uno de los autobuses que, como único medio de transporte rodado, nos
tienen que llevar hasta la entrada del Recinto Arqueológico de Machu Picchu,
monumento incluido en el listado de las “Siete Maravillas de Mundo Moderno”. Tenemos la entrada comprada desde hace cuatro
meses y al llegar a la puerta, un guía oficial le echa un vistazo y nos
recomienda que entremos directamente y subamos a la Casa del Guardián a
disfrutar de la salida del Sol que ya asoma por entre estas escarpadas y
selváticas montañas que nos rodean.
Tras secarme los lagrimones caídos ante semejante
espectáculo, comenzamos nuestra peregrinación dirigiéndonos al Sur y siguiendo
las indicaciones hacia “Montaña Machu Picchu”.
Pasamos algunas indicaciones que
rezan “Puerta del Sol” y nos chirrían los dientes de la envidia que nos dan los
senderistas que entran aquí a través de ella tras recorrer el Camino del Inca,
reservado para quienes se planifican con sobrado tiempo pues los permisos de
entrada están muy limitados y las agencias los copan casi todos, así que si
alguien quiere completar esta ruta, es imprescindible reservar con al menos
seis meses de antelación y no ha sido nuestro caso.
El ascenso comienza decidido tras registrarnos en la caseta
de control de entrada a este monte sagrado.
No hay pérdida posible, sólo hay que subir, subir y subir los miles de
escalones que primero recorren la ladera dirección Sur dejando el recinto a
nuestra espalda.
No hay que engañarse, no es un simple paseo. Hay que cubrir 600m de desnivel en pocos
kilómetros, lo que significa superar pendientes muy acentuadas que hacen
desistir a mucha gente, incluida la pareja que nos acompaña con quienes nos
volveremos a reunir abajo para la visita guiada al recinto arqueológico.
Nosotros, que estamos entrenados tras nuestras variadas
excursiones por Ánchash, continuamos a muy buen ritmo subiendo escalones con la
pared rocosa a nuestra derecha y la selva abismal a la izquierda. La sensación es de exotismo total y estamos
mucho más que motivados, debe ser la energía del lugar. Llegamos a un semi collado donde giramos a
nuestra derecha para cambiar de vertiente y dirección, ahora caminamos cara al
Norte y el camino se dificulta presentando bastante "patio" y aumenta la pendiente.
Un último tramo aéreo y nos aupamos al lomo cimero que en un
encantador llaneo, nos lleva a la cima donde somos bastantes menos de los que
empezamos. El ambiente sigue siendo
mágico y la actitud de quienes estamos lo demuestra: nos hacemos fotos unos a
otros pero nada de postureo, todo respeto y admiración por el lugar en que nos
encontramos. Almorzamos algo e iniciamos
la bajada que aún nos espera la visita del recinto, plato fuerte de nuestras
vacaciones en el Perú.
Ascensión asequible sólo para gente con fuerza de voluntad o
con un mínimo grado de entreno pues calculamos que, de la gente que empezamos,
llegamos arriba menos de la mitad. Calzado
cómodo y mucha agua imprescindibles. Más
que aconsejable madrugar y subir en el primer turno pues en hora punta de mitad
de mañana la cola era interminable.
Moraleja del día: Una siempre piensa que cuando un lugar es
tan famoso, no le va a sorprender tanto como espera y esta es la enésima vez
que me equivoco: cuando un sitio es mágico, es mágico y el Machu Picchu es el
padre de la magia. Palabra de Pirene.
Fecha real: 17/07/2017
Desnivel: 600m
Distancia: 3,5km
Tiempo invertido: 2h15m
1 comentario:
Hola Pirene¡
Pedazo de viaje que has hecho, enhorabuena¡¡
Que lástima que el Camino del Inca esté tan abarrotado, es lo que tienen estos lugares tan majos y famosos... La alternativa del Salkantay también debe ser bastante maja y más tranquila, al menos de momento.
Gracias por compartirlo¡
Salud¡
Fer
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