Sábado, 26 de junio de 2021
Llevo casi un mes sin salir a monte y esto no puede ser. Por suerte, en cuanto levanto la mano y doy un par de toques para hacer algo, en seguida me han salido acompañantes. Es más, hasta me llevan de ruta a ver el Dolmen de Belsué que ho había visitado todavía, volviendo por los Acantilados de Cienfuens.
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La cara Norte del Salto de Roldán, protagonista durante toda la bajada de hoy |
Hemos quedado un par de parejas y Servidora de Ustedes en el portal de mi casa desde donde ponemos rumbo hasta Arguis y desde allí, por la carretera vieja, continuamos hasta la entrada el antiguo túnel de la Manzaneda donde un desvío a la derecha nos lleva hasta la localidad de Belsué que dejamos atrás para continuar kilómetro y medio más adelante, donde encontramos la derruida Borda Ciprés. Aparcamos donde podemos, apartados de la carretera.
Aquí mismo empezamos a caminar, rodeados de campos segados, dirección Sur, por una pista que enseguida se bifurca. Nosotros a la derecha y en la siguiente bifurcación, a la izquierda.
Cuando llevamos un par de kilómetros caminados, al final de una curva, nos encontramos, a nuestra derecha, una senda que recorta el sin fin de curvas que nos quedan, así que la seguimos sin perder nuestra dirección Sur, cada vez más empinada, hasta que nos situamos de nuevo en la pista y continuamos por nuestra izquierda, pasamos por una casa derruida que se queda a nuestra derecha. Aquí coronamos la máxima altitud del día e iniciamos un abrupto descenso, siempre por pista, a través de un bosque mixto que se nos presenta verde intenso y florido.
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Agradecemos el final de la subida |
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Las vistas del Salto Roldán y el verdor del bosque, amenizan la abrupta bajada |
La pendiente se suaviza al llegar al Collado de la Piatra y, tras un breve y suave ascenso, encontramos el desvío al Dolmen de Belsué, ubicado en un rellano con una pequeña y agradable zona sombría donde nos aposentamos a almorzar. Ya llevamos mitad de camino.
Volvemos nuestros pasos hasta el desvío indicado hacia Belsué y cambiamos radicalmente de dirección al incorporarnos a la senda directa hacia el Este que, en breve descenso, serpentea por el bosque con los famosos acantilados de Cienfuens sobre nuestras cabezas. A nuestra derecha, transcurre el Río Flumen y cuando llevamos unos cuatro kilómetros descendidos, nos encontramos la presa de Cienfuens que, tal como esperábamos, no tiene nada que represar.
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El antiguo Molino de Cienfuens junto al flumen a nuestros pies |
Ya solo nos queda caminar y caminar, sin desviarnos, pasando varios túneles hasta la presa de Belsué, que tampoco guarda nada pues la poca agua que ha caído, como suele ocurrir aquí, ya se ha escurrido por el poroso terreno, alimentando al Flumen que parece reírse de aquellos a los que se les ocurrió intentar represarle aquí.
Desde aquí, trazamos una amplia curva hacia nuestra izquierda para volver a cambiar de dirección, ahora hacia el Oeste, y continuar caminando sin desviarnos, hasta dar con un desvencijado puente que cruzamos para cambiar de orilla sobre el escueto Barranco Barranquero.
Caminamos un tramo algo confuso sobre los campos de la Casa del Romeral hasta que nos encontramos sobre una pista en la que giramos a nuestra derecha para ascender suavemente hasta la carretera y girar a la izquierda para encontrarnos enseguida los coches bien aparcados a la sombra. Cerramos así el círculo.
Encantador paseo muy recomendable para todos los públicos y más en una época como esta, rodeados de flores, bojes y quejigos verdes.
Desnivel: 580m
Distancia: 14km
Tiempo invertido: 4h20min
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