Nos levantamos descansados y contentos, nos han tratado
estupendamente en este pequeño pueblo que parece estar en medio de ninguna
parte pero que en realidad está al paso de todas partes, así que sus habitantes
están aprovechando muy acertadamente el tirón para establecer unos cuantos
establecimientos de Turismo Rural.
El propietario de nuestro alojamiento nos indica el comienzo
del camino de hoy que parte justo detrás de la iglesia. Aunque esta localidad no estaba incluida en
el trazado de la GR11, sus habitantes han conseguido la aprobación para marcar
tanto la entrada como la salida con las señales roji-blancas para poder acoger
a los senderistas que no van a encontrar alojamiento en ningún otro lugar
cercano. Así que sólo tenemos que seguir
las marcas y señales que nos llevan fácilmente a Els Vilars, donde nos
reincorporamos a la senda original.
Dejamos atrás Els Vilars |
Nos incorporamos a una pista que asciende “sin perdón”
dejando a la izquierda los característicos Castells de Espolla que no son más
que un par de colinas con forma pronunciadamente piramidal. A partir del quinto kilómetro caminado,
comenzamos uno de los dos ascensos importantes de hoy que nos aúpa a un
colladito entre el Puy de la Roureda y el Puy del Mig.
Aquí abandonamos muy gustosamente la pista y nos
incorporamos a una senda que realiza un flanqueo por nuestra derecha para
acercanos a las inmediaciones del Col de la Dona Muerta y comenzar un
agradabilísimo descenso por un impresionante bosque mixto en el que predomina
el Alcornoque que hace nuestras delicias.
Tras cruzar sin dificultad un par de barrancos, para nuestra desgracia,
nos volvemos a incorporar a una pista que nos lleva directamente al Col del
Castel, donde paramos un rato a avituallar disfrutando las vistas del Castillo
de Requesens que en verano (y sólo en verano) ofrece alojamiento y restaurante.
Primera vista al castillo de Requesens que parece chiquitín allí abajo. Al fondo el Canigó |
Continuamos recto por la misma pista de la que venimos y
trazamos varias curvas para sortear varios barrancos. Vamos rodeando el castillo que queda a
nuestra izquierda y podemos disfrutar más de su majestuosidad.
Continuamos por la misma pista siempre siguiendo las
inequívocas marcas, atravesando las faldas de la Serra de les Canals. Iniciamos el segundo y último ascenso de hoy,
hasta el Col de l’Auleda donde giramos a la izquierda y nos incorporamos muy
contentos a una senda que recorre el lomo de la montaña desde el que echamos un
último vistazo al mar que ya queda lejos e iniciamos el descenso atravesando
bosques de matojo bajo por una senda poco limpia y muy inclinada.
Divisamos La Jonquera que se encuentra siete kilómetros más
abajo tras un acentuado descenso por un terreno más bien incómodo que atraviesa
vestigios de algún indendio. Llegamos a
las inmediaciones de la Ermita de Santa Llúcia a la que ni nos acercamos de lo
hartos que estamos, esta bajada resulta realmente agotadora. Para colmo, aquí no nos queda más remedio que
incorporarnos a otra pista que nos deposita por fin en la población a la que entramos
por lo alto de su Casco Viejo y giramos a la derecha en la calle Mayor, aquí
dejamos las marcas de GR11 y nos ponemos en marcha, bajo tremenda tormenta, en
busca de nuestro hotel que se encuentra dos infernales kilómetros más allá
hacia Francia.
Larguísima etapa nada carente de belleza, vale la pena el
esfuerzo. Ninguna dificultad reseñable excepto la tremenda distancia cubierta
sólo soportable por cuerpos acostumbrados a “zufrí” (que parece que es lo que
más vamos a hacer estos días).
AQUÍ el track
Fecha real: 04/04/2018
Desnivel: 1.000m
Distancia: 28km
Tiempo invertido: 8h40m
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