viernes, 13 de junio de 2014

Trekking del Lantang. Día III: de Langtang a Kianjin Gompa


Me despierto temprano con la sensación de haber descansado mucho, no en vano llevo diez horas en la cama de las cuales he debido dormir todas a pesar de despertarme alguna vez para coger el aire que ya escasea a esta altitud.

Amanece nublado y desapacible pero alguna racha de viento abre por segundos pequeños claros que me enseñan la magnitud del lugar en que me encuentro.  Es una sensación que tan apenas se puede describir con palabras y las fotos en absoluto son fieles a la realidad.  Sólo diré que cada vez que algo se deja ver, sea lo que sea, me resulta inmenso.

Empezamos a caminar siguiendo a Imán que enseguida retrocede para dejarnos paso.  No hay pérdida, sólo hay que seguir la sucesión de Chortens y Muros Maní que salpican el camino en moderado ascenso hasta dejar atrás los últimos lodges de Langtang y empezar a llanear disfrutando de las vistas del fondo del valle donde los grandes picos se mantienen escondidos tras las nubes.



Hoy es día de aclimatación así que andaremos menos de tres horas para ascender apenas 400m. de desnivel.  Caminamos despacio y nos vamos entreteniendo en analizar las escrituras de los Muros Maní para encontrarnos con que todas son iguales.  Imán nos explica que se trata de la inscripción sagrada “Om mani padme hum”, el mantra de los budistas tibetanos (Om, meditación; ma, paciencia; ni, disciplina; pad, sabiduría; me, generosidad y hum, diligencia) así que sacamos nuestra conclusión personal: los Muros Maní son ofrendas religiosas. Los Chortens o Estupas ya son otra cosa pues, en principio, contienen reliquias y nos las encontraremos en todas partes con diferentes formas y tamaños (las estupas, digo).



Nos encontramos muy bien hoy y vamos adelantando trekkers que han salido antes que nosotros hasta encontrarnos con Anne, una Austríaca que con su guía Vishnú, nos acompañará buena pare del recorrido que nos queda hoy y algún día más.  Al adelantar a una mujer coreana, nos fijamos en su porteador que no es tal sino que se trata de una mujer porteadora que me hace sentir orgullosísima en un país donde el machismo todavía hace de las suyas.  Ahora sí que “la hemos liao” se nos juntan “Prince porter” y “Lady porter” haciéndonos dudar del buen final de nuestras mochilas.



 Llegamos a Kianjin justo para la hora de comer.  Estamos a unos 3.900m. de altitud así que aquí empieza la aclimatación que no es otra cosa más que hacer el vago todo el día dando pequeños paseos durante los que hacemos alguna fotografía del entorno, de alguna flor no muy distinta de las de casa y de alguna escena de la vida cotidiana de los refugiados tibetanos que desde aquí no están tan lejos de casa.







A esta altitud ya hace frío del de verdad y en cada paseo la falta de oxígeno se hace más patente, hay que andar despacio y subir un simple escalón supone un par de suspiros más de lo habitual.  Empezamos a notar algún mareo y a mí me duele la cabeza.  Nada, a cubierto y a beber agua con sales como si no hubiera un mañana.  A ver qué tal noche pasamos.

Fecha real: 06/05/2014
Cartografía: la foto del mapa del otro día y ese pedazo de cerebro de Imán
Desnivel: 440 metros
Tiempo invertido: 2 horas y media



2 comentarios:

David Naval dijo...

Hola,
Bueno, a ver que tal pasasteis la noche y a esperar la siguiente entrega de este trekking de altura.
Un abrazo pareja.

J. M. N. dijo...

Cuantas vivencias y que recuerdo más imborrable os habrá dejado este viaje... mola mucho tú, pero mucho, mucho...