Recuerdo el día en que mi padre me trajo de regreso a Huesca
tras diez años de vida emigrante en la bella y desgraciada Venezuela. Y también recuerdo con gracia cuando al ver
la Sierra de Guara le pregunté si aquello era el Pirineo y me contestó riendo
que no, que estaba detrás. Un par de
años después, subí mi primera cima pirenaica y no fue otra más que Collarada.
Total que aquí estoy, veintipico años después, aparcando el
coche en las inmediaciones del refugio de La Espata al que hemos accedido,
junto a mi Bonito del Norte, desde Villanúa a través de una pista para cuyo
transito es necesario un permiso muy fácil de conseguir a través de la web de
turismo de la misma localidad.
Empezamos a caminar siguiendo la pista dirección Oeste en
busca del Refugio de La Trapa al que llegamos tras unos tres kilómetros de
cómodo llaneo. Justo detrás del refugio
parte la senda que nos transporta en suave ascenso hacia el paso muy evidente
que nos ha de ayudar a superar el contrafuerte inferior de este lado Sur de la
montaña. Aunque no presenta gran
dificultad, hay una serie de cadenas colocadas para atravesar la canal que nos
aúpa a un paisaje de prado continuo con la inequívoca figura de Collarada y sus
pedreras a la vista.
El desvencijado refugio del Trapal queda a nuestra derecha
casi imperceptible pues la senda perfectamente dibujada nos transporta por la
ladera cada vez más empinada. No hay
pérdida. La cosa consiste en seguir el
camino dirección a la pedrera y las canales que se desprenden del al Sur-Oeste
de la cumbre. Más o menos en la cota
2.300m cruzamos el cauce seco del barranco de La Ciresera y tras un tramo algo
más empinado, la pendiente se suaviza un poco y visualizamos a nuestra izquierda
la formación rocosa de Los Campaniles.
Los Campaniles a nuestra izquierda |
Conforme la pendiente se vuelve a agudizar, nos acercamos a
la pedrera que superamos a duras penas intentando pisar de lado para evitar las
agujetas de gemelos tan habituales después de hazañas como esta. Tras la pedrera, nos adentramos en la canal
que presenta varios pasos de trepada (Iº grado, según mapas), seguimos los
hitos por un terreno roto e inestable para salir triunfantes a la arista cimera
a nuestra derecha, sólo unos pasos nos separan del vértice geodésico de la cima
que alcanzamos bajo un inusualmente cálido sol de otoño que invita a la larga
parada que nos permitimos encantados teniendo claro que nos la hemos ganado de
bien.
Canal descompuesta no apta para principiantes |
Cima |
Ibón de Ip, Punta Escarra sobre él y grandes de Tena al fondo |
Hemos venido con la idea de bajar por la actual ruta normal
que nos dejará de regreso en el Refugio de La Espata donde tenemos el
coche. Así que iniciamos el descenso
dirigiéndonos al Este donde nos encontramos una zona rocosa algo descompuesta
pero más sencilla que la canal de subida.
Vamos encadenando viras hasta que nos encontramos en el Collado de Ip.
Desde aquí iniciamos un suave y corto flanqueo que nos ayuda
a evitar los contrafuertes de la vaguada que va quedando a nuestra derecha
mientras la rodeamos para girar a nuestra izquierda e introducirnos en una zona
kárstica que atravesamos siguiendo los hitos que nos llevan hasta el hombro que
se desprende directo al sur y cuyas empinadísimas laderas rompe-rodillas
descendemos siempre siguiendo los hitos en busca de una canal muy sencilla que
se encuentra provista de un par de cuerdas fijas. Desde aquí nos internamos en el bosque y en
un santiamén estamos en el coche.
Itinerario duro y de dificultad considerable por desnivel y
calidad del terreno. La canal de la
subida desde el Trapal está muy descompuesta (atención a la caída de piedras y
a posibles resbalones).
Desnivel: 1.200m
Distancia: 11km
Tiempo invertido: 6h30min
3 comentarios:
Hola Pirene.
Sin duda poder empezar desde el refugio de la Espata, es un adelanto considerable, aunque el terreno por el que hay que desenvolverse es incómodo de narices.
Sin duda, una triunfada¡ Enhorabuena.
Un saludo.
Incómodo es poco decir Eduardo... Vaya sobo! Pero muy recomendable.
Salud!
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