Que si me voy de concierto, que si estoy resfriada, que si
hace mal tiempo, total que se me va a ir febrero sin haber probado las bondades
de las altas pero copiosas nevadas caídas.
¡No puede ser! Así que por fin, aunque sin madrugar, mi inseparable
Bonito del Norte y Servidora nos ponemos en marcha dirección Formigal, con el
Pico Espelunciecha en mente. Hace un día
inmejorable tras una buena nevada, por eso no madrugamos, pensando que los
esquiadores ya habrían llegado antes que nosotros, pero no, hoy baten récords
de asistencia y nos encontramos la tradicional retención ya en Biescas desde
donde nos cuesta una hora llegar al primer parking de la estación donde un
cartel nos indica que el parking Anayet, donde deberíamos aparcar, está
completo. Pues nada, plan B, continuamos
hasta la frontera y aparcamos como podemos en un canto de la carretera. Entre pitos y flautas es casi mediodía cuando
empezamos a andar.
El Midi, dueño y señor de todas las vistas |
Estamos en las inmediaciones del Hotel que hay justo al
pasar la frontera. Raquetas en mano,
caminamos por la carretera hasta encontrar una buena entrada a la nieve donde
nos calzamos las raquetas para descender la ladera en busca de un puente tras
el que giraremos a nuestra izquierda en dirección al “Centre Pastoral” desde donde
iremos coincidiendo con las hordas de personas pertrechadas con elementos
deslizantes varios. Caminamos ligeros
siguiendo la “Autopista de Canalroya” que no abandonaremos mientras superamos
las suaves cuestas de este bello circo de Anéou en busca del Pla de la
Gradillere tras el cual remontaremos la ladera hasta el Col de Houer y al girar
a la izquierda la pala de nieve más dura que nos abre paso a la cima.
Dejamos atrás el Penne de la Glere y los númerosos grupos de esquiadores que ya vuelven |
Últimos metros de la "Autopista" antes de empezar a remontar la última pala |
La desafiante cara norte del Anayet |
Es una ruta fácil y corta, ideal para iniciarse en la
nieve. Ya no sé cuántas veces he pisado
esta cumbre, pero la verdad es que nunca decepciona y encima hoy nos
encontramos a dos conocidos… primero el sin par David ¡menudo alegrón me llevé!
Y Alberto, un zagal de Huesca que no sabía yo practicara el esquí de
montaña. Ala, tragos de vino, capazo
largo y ya tenemos la autopista despejada. David y Alberto fluyen cada uno por su lado y
nosotros somos los últimos en descender agradeciendo la soledad y el silencio
que tanto han escaseado esta mañana.
Siempre me ha gustado esta hora en la montaña, cuando la tarde envejece
y todo queda como tostado, la nieve “naranjea” y los sonidos bajan de
tono. Así, con esta sensación,
regresamos al coche y al temido atasco que se queda en nada cuando superamos las
salidas de los parkings de la estación.
¡Hurra! Llegamos a Huesca a tiempo de darnos una vuelta por ahí, que
para eso es sábado.
Desde el atasco contemplamos cómo la luna va ganando terreno. Siempre hay un lado bueno. |
AQUI el track
Fecha real: 20/02/2016
Desnivel acumulado: 823m
Distancia recorrida: 10km
Tiempo invertido: 5h
3 comentarios:
Buenas!!
Yo esta cima siempre la intento subir a primera hora o más bien tarde para evitar las aglomeraciones.
Alguna vez habría que probar como en los conciertos heavies, a tirarse en plancha encima de la gente desde la misma carretera para ver si la masa de brazos te sube hasta la misma cima.
Salud y muchas más Canalroyas!
Jajaja!! un día probamos ¿vale?, pero tú primero jajaja!!
Antes tenía dos tradiciones: subía a Peña Oroel todas las primaveras y recorría la Faja Pelay todos los otoños... ahora va a ser que subiré al Canaroya todos los inviernos... a ver qué repito este verano y así ya tengo el año completo.
Salud!
Hola Pirene.
Un Canal Roya al año no hace daño, eso sí, como comenta David, mientras no te importen las multitudes. Creo que he estado en conciertos en los que había menos gente que en alguna de esas cimas un día soleado de invierno, je je¡¡
¡Salud y Canal Royas!
Fer.
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