viernes, 10 de octubre de 2014

Pico Aspe o Pico de la Garganta de Aisa (2.640m.)

Que si un tresmil, que si el Garmonegro, que si el Bachimala, que si el sábado, que si el domingo… al final consigo quedar con Tato para hacer algo el domingo y va Bonito del Norte y aunque tiene trabajo el sábado noche, se nos apunta así que ni tresmil ni ná, buscamos algo más cortito.  Se me ocurre el Aspe, que subí hace muchos años y lo recuerdo majo y entretenido, así que no me importa repetir.


Madrugando pero no mucho, dejamos el coche al final de la pista asfaltada que sale desde Aísa y se corta con una valla verde que nos impide continuar.  Empezamos a andar cruzando la valla, por pista ya sin asfaltar y cuando llegamos más o menos cerca del Refugio de Saleras cruzamos el barranco de Igüer.  Comenzamos aquí a remontar la loma dejando a nuestra derecha el barranco Estarrón hasta encontrarnos con un cartel direccional que dejaremos a nuestra espalda para continuar por ladera herbosa y buena senda hasta un abrevadero donde paramos a almorzar.


Desde aquí continuamos por una ladera muy herbosa y muy empinada hasta situarnos bajo el único paso que supera las murallas que defienden este macizo calizo y puñetero que ya lleva rato haciéndonos sudar y esto acaba de empezar.  Continuamos siguiendo la senda muy marcada por pedregal empinadísimo hasta que entramos en mi parte favorita de esta excursión: Mordor, perdón, un laberinto calizo de esos de aúpa que la gente se ha dedicado a señalizar con hitos.  Por suerte, mi memoria no falla y conseguimos seguir los hitos “buenos” y nos cuesta poco salir del atolladero para comprobar que nuestro objetivo no sólo se hace de rogar sino que además se empieza a tapar.



Continuamos siguiendo senda e hitos y llegamos al paso de la garganta de Aspe, una canal con dos tramos de trepada que nos deposita en el collado entre la Llana de la Garganta y nuestro ansiado Aspe.  Desde aquí a nuestra derecha comenzamos el peregrinaje por un empinadísimo Karst, de grieta en grieta y de hito en hito buscando otro paso que, tras un pequeño destrepe, nos sitúa en otro colladito tras el que, en cuatro zancadas (o a lo mejor alguna más) nos acercamos a la cima que nos recibe oscura y lúgubre.




Poco se puede hacer más que mentar a todos los santos, maldecir nuestra mala suerte y comprobar que para colmo se nos han acabado las baterías del gps, más vale que despeje un poco para bajar que no me quiero ni imaginar cómo nos las vamos a apañar en Mordor, perdón, el laberinto calizo.

Empezamos a bajar y en un trasaire paramos a comer rápidamente que hace un frío que pela.  Vamos echando algún vistazo atrás para comprobar que Murphy no descansa y justo cuando ya no hay vuelta atrás, la cima se empieza a despejar.


Estoy tan enfadada que ni me digno a sacar la cámara.  Todas las pocas fotos las voy sacando con el móvil más para entretenerme que para otra cosa pues la bajada, aún con sus destrepes y su laberinto tipo Mordor (ahora sí le he dao), resulta pesada y cansina sin ningún recuerdo paisajístico que excuse el tremendo esfuerzo de ascender este pico tan bonito como caprichoso y exigente.

Total que la vuelta por el mismo camino.  A la furgo y para casa con parada en Jaca para la caña del triunfo que hoy sabe un poco amarga, pero es por la cebada porque la triunfada está servida que aún sin vistas, nos lo hemos ganado.



Excursión bonita y con muy buenas vistas (supongo), eso sí, algo exigente.  

Fecha Real: 05/10/2014
Cartografía: La del GPS mientras duró
Desnivel: 1.140m.
Distancia: más o menos unos 10km.
Tiempo invertido: Seis horas y media (allá que allá)

1 comentario:

Eduardo Pardo dijo...

Pues que mala suerte, que se cubriese el rato que estuvisteis en la cima. El tema de los hitos, menuda historia, pasa en muchas cimas, cada uno pone el suyo, y muchas veces más que ayudar, lián. Aconstumbrate a llevar unas pilas de repuesto para el GPS, que ya van unas cuantas veces que te quedas sin batería en plena ruta, Un saludo