Ha llovido toda la noche.
Las gotas contra el tejado de chapa y el compás de la respiración del
coreano de la habitación de al lado me han servido de nana y por fin he dormido
siete de las diez horas que han transcurrido en la dureza del catre de madera
con un par de centímetros de goma-espuma que esta gente llama cama.
Comenzamos a andar atravesando el asentamiento. El cielo está muy cubierto pero por un
momento se abre y tenemos por fin una primera visión del Langtang Lirung,
sietemil que corona este valle y que nos acompañará los próximos tres días
apareciendo y desapareciendo según las nubes y nuestra orientación en el
camino.
Caminamos con el río a nuestra derecha. El Lantang Khola
no es muy ancho pero sí muy caudaloso y nos alucinan los caos de piedras
gigantescas que nos vamos encontrando.
Ahora entiendo las exageradas dimensiones descritas en los libros de
mitología oriental como “Viaje al Oeste”.
Mientras divago sobre estas cuestiones, el sol se abre paso entre las
nubes y entre las tremendísimas montañas que nos rodean para mostrarnos la belleza
del bosque de robles y rododendros que aún portan algo de flor a pesar de que
la temporada ha pasado.
Cada pequeño ruido nos hace parar pues el bosque esconde
secretos que esperamos desvelar, como el panda rojo que nos cuentan es
imposible de ver pero estar, está. Para
compensar nuestra paciencia, una ardillita se deja hacer una foto. Algo es algo.
Las magnitudes son el plato fuerte del día de hoy y nos
vamos dando cuenta de que tanta sombra no sólo la proveen las tremendas
montañas sino también el propio bosque cuyos árboles son realmente
magníficos. La mañana avanza y hoy,
aunque domingo, aquí es como nuestro lunes así que comienza el trasiego de
Serpas y lugareños, unos transportando cosas y otros transportándose a sí
mismos.
¿Dónde está Bonito del Norte? |
Vamos ganando altura y ya nos encontramos a 2.900m. de
altitud en Ghodatabela. Descansamos aquí para tomar el té
de media mañana e ir preparando los cuerpos pues la altitud va a ir haciendo de
las suyas que no es lo mismo hacer cima un ratico en un tresmil que pasarte el
día haciendo el gamberro por aquí y además pasar la noche a la altitud del
Aneto.
Diez minuticos de andar y arribamos al Control Armado (y de
armas) donde hemos de mostrar nuestras acreditaciones (tarjeta TIMS) para
continuar camino en esta área de especial cuidado. El paisaje empieza a cambiar y la vegetación
también. Imán me enseña otro rododendro,
más pequeño y parecido al que tenemos por aquí.
El camino se suaviza y nos permite disfrutar más si cabe del
paisaje y de los rododendros en flor, aunque el cielo se vaya cubriendo poco a
poco otra vez. Paramos a comer nuestro
habitual Dhal-Bat y comienza a llover.
Ya no parará otra vez en toda la tarde y nos acompañará hasta llegar a
Langtang Village, un asentamiento de refugiados tibetanos que hace mis delicias
con su clínica, su escuela y su fábrica de queso de Nek (la hembra del Yak).
Estamos a casi 3.500m. de altitud, hoy lloverá toda la tarde y toda la noche.
Fecha real: 05/05/2014
Cartografía: la foto que le hemos hecho a un mapa pegado a
la pared del restaurante de Ghodatabela.
Desnivel: unos mil metricos de ná
Tiempo invertido: las seis horitas habituales en estos casos
1 comentario:
Una jornada muy variada tanto en paisajes como en el tiempo. Hay cuanto se echa en falta una buena cama. Por cierto ¿cuantos días estuvisteis de aclimatación? Un saludo
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