lunes, 23 de junio de 2014

Trekking de Langtang. Día IV: Ascensión al Kianji Ri (4.773m.)

Extraña noche la de hoy.  Lo que es dormir, sí, he dormido.  Lo que es respirar ya ha sido otra cosa… ahora sé lo que es una apnea nocturna: respirar en falso, eso es.  En una de esas me despierto del todo y ya es de día así que asomo el tozal por la ventana con mucho cuidado de no salirme del saco que hace un frío que pela, para encontrarme un panorama simplemente espectacular.



Hay nubes, pero pocas y confiamos en que se levanten conforme avance el día.  Sin más, a desayunar rápidamente y a andar lentamente que los cuerpos no dan para más.

El camino empieza a media ladera encaminándose a un barranco o valle o vaya usted a saber, porque aquí todo es diferente.  Pronto giramos hacia el norte dejando a nuestra espalda Kianjin Gompa.  La pendiente no es dura pero sí mantenida, el buen ánimo y la correcta aclimatación nos ayuda a ir superando cada tramo casi casi como si estuviéramos en un dosmil, sólo que cuesta respirar y duele la cabeza un poquito.  Tenemos nuestro destino siempre a la vista y nos parece mentira que vayamos a alcanzar un cuatromil que tiene pinta de loma, como quien se sube al Pacino a merendar, oyes.  Sin embargo aquí cada paso supone algo más de esfuerzo de lo normal, pero ya está, sin miedo, sólo hay que seguir a Imán y caminar, caminar y observar los yaks que nos acompañan pastando y gruñendo de vez en cuando.  De repente un parón, Imán señala a no sé dónde y me informa: “tibetan snowcock”, miro atentamente y finalmente distingo un bicho majísimo, es el perdigallo tibetano (Tetrogallus tibetanus), no he encontrado más información pero me imagino que es algo como nuestro urogallo.






Vamos haciendo varias paradas para hidratarnos bien evitando el mal de altura y para fotografiar las grandes cumbres.  Fotos que para nada son fieles al verdadero ambiente que nos rodea.


Giramos Nor-oeste para enfilar la arista cimera y nos llevan los demonios al econtrarnos el Langtang Lirung, que con sus 7.246m. de altitud es la cumbre más alta de la zona, totalmente tapado por las puñeteras nubes de evolución “himalayensis” tan pródigas en estas fechas de temporada baja pre-monzón.


Sólo queda seguir la arista y a Imán hasta la cima decorada con miles de banderas de oraciones budistas.  Se me lleva la emoción y me dejo llevar, estoy en una “tachuela” sí, pero en el Himalaya ¡que narices!. Esto no lo voy a poder describir pero sirva como botón que se me empañan los ojos mientras aporreo el teclado en este mismo instante.  Lamentablemente las vistas no son fotografiables: mucha nube y poca vista.  Tampoco son descriptibles pues la inmensidad del lugar sólo se puede apreciar allí mismo.



Unos cacahuetes picantes, bien de agua y cara abajo por donde hemos subido.  Mientras comemos en el lodge nos empezamos a plantear la posibilidad de cambiar el plan y, puesto que nos sobra día, bajar a dormir a Langtang Village en lugar de quedarnos en Kianjin Gompa, total el tiempo tampoco parece mejorar y unos metros más abajo nos encontraremos mejor, además así acortamos la etapa de mañana.


Vamos dejando atrás el fondo del valle y en un par de horas ya estamos descansando en Langtang.  Pasaremos la tarde dando paseos por el pueblo y bromeando entre nosotros y otros trekkers y guías que hemos conocido por el camino.  Mañana nos espera un día largo y duro, a ver cómo reaccionan los cuerpos.





Fecha real: 07/05/2014
Desnivel: 903 metros sólo de subida
Tiempo invertido: en total efectivo de todo el día, 8h.



4 comentarios:

Bruno dijo...

Será una tachuela pero es casi tan alta como el Mont Blanc.
Felicidades.

Amuso dijo...

Pues a pesar de las nubes vaya pedazo de montes que se veían ¿no?.

Fer

Eduardo Pardo dijo...

Menuda sensación más estraña tiene que ser que te falte el aire. Esa ave, yo creo que se parece más a una perdiz que a un Urugayo, un saludo

Pirene dijo...

Sí BRUNO, muy alta pero sin ninguna complicación. Mejor, porque allí arriba tampoco se da para mucho más.

Imagínate COSTRA si no hubieran habido nubes, igual no vuelvo tú.

EDUARDO, es extraño pero el cuerpo se habitúa. El bicho físicamente se parece más a una perdiz, cierto, pero por el nombre científico me hace dudar si no es de la misma familia del urogallo.

Ale gente! gracias por pasar. ¡Abrazos!