No me extraña que el Valle de Tena sea tan concurrido, solo
hay que ver esas pedazo de Sierras que le hacen de portal: Telera al oeste y
Tendeñera al este. Es precisamente ésta
última la que hoy me va a ocupar pues hace tres años ¡hay que ver como pasa el
tiempo! que le tengo ganas al Pico Sabocos y no sólo a él “per se”, es que la
cresta que lo une a la Peña Roya me encandiló en su día y vengo soñándola desde
entones. Así pues, hoy es el día y me
acompañan Juan, Chus y Sergio.
La luna acompaña a Telera como preludio de un buen día de monte |
Aparcamos en la estación de esquí de Panticosa y nos subimos
hasta Petrosos en Telecabina que es más barato que pagar una transmisión del
coche por meterlo en la pista. Desde
aquí nos acercamos al Ibón de Asnos siguiendo la pista y dejándolo a nuestra
derecha continuamos hasta que la pista se acaba y unos hitos grandes nos marcan
el comienzo de la senda por la que transitamos en claro ascenso hasta un
rellano donde se emplazan unos pequeños ibones hoy casi secos. A partir de aquí, como hace tres años, nos
encontramos las marcas roji-blancas que seguiremos hasta el Portillo Chetro al
que llegamos después de sufrir los rigores de la pedrera que no tiene piedad,
menos mal que es poco cacho. De aquí en
“cerocoma” y a la derecha nos plantamos en Peña Roya. (Más info y fotos AQUÍ)
El Midi d'Ossau se yergue sobre el tradicional mar de nubes francés |
Después de almorzar observando nuestro objetivo, regresamos
hasta el Portillo Chetro para encararnos a la cresta que de momento se presenta
amplia y sencilla permitiéndonos caminar por la derecha del filo, sobre una
estrecha traza que algún rato nos acerca un poco más a la izquierda por una
cuestión sobre todo práctica y de trazado.
Así, llegamos a una parada obligada que es una curiosa ventana que
atraviesa la pared en la que estamos “colgados” y nos hace entender dónde
estamos plantados.
Vacío al otro lado |
Como bien nos han indicado quienes ya han transitado por
aquí, en caso de duda nos ladeamos a la derecha y continuamos enlazando
terracitas que facilitan el progreso.
Más o menos a los 2.600m de altitud, el terreno se ensancha y nos
encontramos una canal herbosa por la que subimos sorteando el rebaño de cabras
habitual de esta zona (la última vez me las encontré en Peña Blanca), así nos
aupamos a la cota 2.642 desde la que continuamos por el mismísimo filo. Ahora sí, la cosa se complica y vamos
sorteando obstáculos trepando y destrepando algún rato con un cierto “patio”
que nos hace agudizar los sentidos. Nos
ayudamos unos a otros asegurando pasos hasta que muy cerca del hombro cimero
nos escoramos a la derecha en busca de mayor comodidad enlazando tramos pisados
por un terreno descompuesto pero con menos sensación de vacío. No dejamos de ascender en dirección este
hasta que el instinto nos avisa que la cima está cerca, momento en el que
viramos a la izquierda para en un último esfuerzo, encaramarnos en la cumbre
del Sabocos.
Escudriñando el terreno |
Tremendo mirador |
Hace un día espectacular, así que aprovechamos la buena
meteo para pasar un buen rato en la cima recuperando fuerzas que nos espera una
bajada exigente, por decir algo, pues hemos observado durante toda la cresta
una desafiante y anaranjada pedrera que os adelanto va a ser el menor de
nuestros problemas.
La cosa se desciende regresando por la cresta dirección
oeste hasta encontrar unos hitos a la derecha que marcan la entrada a la senda
“normal”. Si esto fuera solo un poco más
empinado, tendríamos que haber traído cuerdas oiga, pero afortunadamente el
terreno da lo suficiente como para apoyar los pies y clavar los bastones como
si no hubiera un mañana. El secreto está
en seguir los hitos que describen un trazado adecuado en busca de los mejores
pasos que inevitablemente nos harán apoyar el trasero más de una vez y las
manos otras tantas. Pero ¡todo
controlado eh! Hoy las cervezas nos las pagamos cada uno. Total, que al final llegamos por fin a la
pedrera de nuestros desvelos que se presenta cómoda y encantadora con unas
zetas perfectamente dispuestas que nos ayudan a fluir plácidamente.
Terminando la pedrera |
Al finalizar la pedrera, las paredes sobre las que hemos
caminado hace unas horas, quedan a nuestra espalda y el terreno se
estabiliza. Bajamos siguiendo los hitos
con la vista puesta en el pueblo de Panticosa y aunque no lo vemos, el Ibón de
Sabocos está a nuestros pies. Más o
menos llegados a los 2.200m viraremos drásticamente a nuestra izquierda para
flanquear la ladera y dirigirnos por traza de senda hacia el oeste hasta cerrar
el círculo y continuar el descenso por terreno ya conocido hasta Petrosos donde
nos subimos rápidamente al telecabina que tenemos muchas ganas de tomarnos la
cerveza del triunfo, hoy muy bien merecida.
Siempre vemos marmotas por esta zona |
Preciosa excursión más que recomendable. Hace falta algo de entreno y experiencia en
montaña o ir acompañado de alguien experto.
Por supuesto, cero vértigo o lo pasaremos fatal.
AQUÍ el track
Fecha real: 21/08/2016
Desnivel: 1.012m
Distancia: 11km
Tiempo invertido: 7h
6 comentarios:
Vaya, Pirene, habéis realizado una de las primeras trepadas que hicimos mi hermano y yo hace ya unos cuantos años. Me ha resultado muy agradable leer vuestra experiencia y con ella rememorar la mía.
La "empinada" pedrera de bajada se pone bien delicada en invierno, cubierta de nieve bien dura. Hay que andarse con mucho ojo por allí.
Salud y Montaña.
Hola Pirene¡
Una vuelta bien maja hicísteis, esa cresta es de las que deja buen sabor de boca...aunque te lo quite un poco la bajada por esa pedrera tan pendiente.
¡Salud!
Fer
Hola Pirene!
Enhorabuena, se que le tenías ganas, al final todo se consigue con constancia. Ahora a pensar en otros objetivos.
Un abrazo.
La verdad es que es una excursión preciosa y más sencilla de lo que puede parecer al principio.
Ya veo que no he sido la única en poner el ojo en esa cresta, es que es de esos itinerarios que se te dibujan en la cabeza en cerocoma y hasta que no lo recorres no te quedas tranquila. Así tal cual.
Salud mocés! y gracias por pasar.
Enhorabuena por el recorrido Pirene!!!
Yo también le tengo echado un ojo a esa cresta, pero de momento ahí sigue, en la larga lista de pendientes. A veces cuando uno mira las montañas, parecen inexpugnables, pero una vez metidos en harina, vemos que no es tan difícil como parecía.
Por cierto, cuanto es el sablazo por subir y bajar por el telecabina?.
Un saludo.
Quince lereles Eduardo, y eso que están subvencionados.
Salud!
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