La sierra de Aitzkorri se ubica en la divisoria entre el
Golfo de Vizcaya y el mediterráneo.
Compone el centro del Parque Natural Aitzkorri-Aratz y se alza vertiginosa
con su colorido verde y gris calizo sobre las campas de Urbía. Además, como es el único macizo que supera
los 1.500m de altitud en todo el País Vasco, allí nos vamos hoy Bonito del
Norte, su amiguito Cres y Servidora de Ustedes, guiados nuevamente por el
amiguito Ra.
Estos picos son fácilmente alcanzables desde el Santuario de
Arantzazu pero me acompañan tres aguerridos mocetones vascos que ansían
enseñarme las bellezas de su tierra, así que eligen el trayecto más largo para
lo cual aparcaremos en el parking de San Adrián y no me pregunten ustedes cómo
llegar, que me han traído mientras yo echaba una merecida cabezadita limpiando
los potes de anoche… ¡que dura la vida de vacaciones en Euskadi, oiga!.
En el propio parking sale un camino que tomaremos a nuestra
izquierda siguiendo las indicaciones de San Adrián-Urbia. Cruzamos un barranco gracias a un puente de
madera y superamos una cuesta que nos lleva al Refugio de San Adrián. Aquí nos topamos con el Camino de Santiago y
un par de GR’s más que seguiremos hacia nuestra izquierda, dirección Urbía y en
suave pendiente por pista alcanzaremos el Paso de San Adrián: un corto túnel
que atesora la Ermita homónima (más información AQUÍ).
Al salir del paso, nos encontraremos con la Calzada Romana o
Camino Real que unía Euskadi con las Castillas, es la GR121 que transitaremos a
través de un precioso bosque de hayas hoy decorado por una intensa niebla que
le confiere un toque misterioso y medieval que nos hace imaginar las andanzas
de Romanos, Caballeros y Reyes por estos lugares.
Sobre la cota 1.150m aproximadamente, abandonamos la GR121 y
giramos a nuestra derecha por una senda que sigue atravesando el bosque en
claro ascenso en busca del acceso al ramal GR121.4 que transitaremos tranquilos
mientras el bosque desaparece y se convierte en los verdes prados de las Campas
de Urbía.
A nuestra derecha se yergue la mole kárstica de Aitzkorri,
pero las nubes y el intenso viento apenas nos dejan adivinar su silueta
mientras nos dirigimos firmes hacia una Fonda … ¡una Fonda!... donde paramos
a almorzar unos “pintxos” de chorizo con su correspondiente botella de sidra,
que nos lo hemos ganado.
Saciados y contentos continuamos camino en clara dirección a
la mole del Macizo que atesora nuestros objetivos de hoy. No hay pérdida pues aquí nos unimos al camino
que viene desde Arantzazu y nos encontramos con las típicas hordas de lugareños
que tienen nuestro mismo objetivo. Nos
dirigimos por pista hacia la Majada de Arbelar: una especie de villa que
atravesaremos y en cuyo centro nos desviaremos a la izquierda siguiendo las
marcas amarillas que indican el itinerario hacia la cima del Aitzkorri.
Por senda muy bien marcada, afrontamos la durísima cuesta
primero por hierba y después por suelo kárstico siguiendo las marcas hasta
toparnos con una veleta. En este punto
abandonamos la senda principal por nuestra izquierda para superar una durísima
cuesta que nos llevará directos a la cima del Aketegi. Hace un viento helador y la niebla nos tapa
completamente las vistas, así que a pesar de que el plan es continuar por la
arista, decidimos emprender la bajada sobre nuestra derecha por algunas trazas
pisadas en busca de la senda principal.
El terreno se hace más amable y la senda, al estar más
transitada, resulta mucho más cómoda. A pesar
de ser helador, el viento va dispersando a ratos las espesas nubes para
enseñarnos la belleza de las afiladas aristas que van quedando a nuestra
izquierda mientras nosotros acortamos distancia con nuestro objetivo
final. El Aitzkorri nos recibe coronado
por una especie de buzón con forma de hacha clavada en un madero y algo más
abajo la Ermita del Santo Cristo y un refugio donde, valga la redundancia, nos
refugiaremos a comer.
Llevamos una buena pateada y aún nos queda el descenso que
acometeremos tal como salimos del refugio de frente, por senda muy clara en
clarísimo descenso por una faja que supera las profundidades de los típicos
agujeros calizos característicos de estos terrenos.
Pronto quedan detrás nuestro la Ermita y el refugio mientras
nos adentramos en el bosque que atravesaremos en un descenso infernal por el
camino cubierto de las hojas recién caídas que nos hacen caminar prácticamente
a ciegas sin saber dónde colocamos los pies y resbalando dos de cada tres
pasos. Este descenso resulta tan penoso
como veloz y tal como empezamos a quejarnos del cansancio, el terreno se
suaviza y poco a poco nos regresa al Paso de San Adrián, donde nos adentramos
encantados de la preciosa excursión que estamos a punto de culminar.
Preciosa excursión sin mayor dificultad que su longitud y
potente desnivel. Mi recomendación
personal es realizarla en sentido contrario al nuestro y subir por donde
nosotros bajamos para luego volver por las Campas de Urbía y la Calzada Real
parando, por supuesto, a comer en la Fonda pues a pesar de que quedará un
trecho largo para después, éste es muy amable e ideal para ayudar a la
digestión. Nosotros terminamos celebrando
la triunfada, como no podía ser de otra manera, con una botella de sidra en un
bar de Otzaurte.
AQUÍ el track
Fecha real: 09/12/2015
Desnivel acumulado: 1.035m
Distancia recorrida: 16km
Tiempo invertido: 7h
2 comentarios:
Hosti tú!!!! Aivalahostia!!!! Vaya sitio majo!!!! Tiene todo lo que a mi me gusta, desde ermitas rupestres a leyendas, desde cuevas y caliza a ambientazo onírico.... y una fonda a mitad del camino!!!! Joder, nos tenéis que llevar un día.... Organizamos un finde por allí u que????? Ya estamos tardando si eso...
No dejamos de acordarnos de tí en todo el día JM. Por supuesto que organizamos una cuando queráis, que además con andar pocos metros más, nos subiremos al Aitzuri que es el más alto de Euskadi. Y descontado que a comer a la fonda... ¡faltaba más! jejeje
¡¡Salud, orujo y sidra!!
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